El miedo a las serpientes es algo tan común que diversos investigadores se han preguntado si es algo aprendido durante la infancia o si los seres humanos nacemos con él. De hecho, un estudio de 2017 descubrió que los bebés de seis meses pueden mostrar señales de estrés ante la imagen de una serpiente o una araña, lo cual no ocurre con otros animales, flores u objetos en colores similares.
Pero, ya sea que de verdad te provoquen miedo o puedas permanecer indiferente ante la imagen de una serpiente, sin duda son imponentes y, como todos los animales, merecen respeto. Y, por su poderoso veneno, su aspecto o letalidad, algunas especies son dignas de aparecer en nuestras peores pesadillas. Aquí enlistamos algunas.
Existen varias razones por las que la cobra real puede ser aterradora. Para empezar, se trata de la víbora (es decir, serpiente venenosa) más larga del mundo: se han registrado ejemplares de 5.6 metros, aunque normalmente llegan a 3.6 metros, según la Enciclopedia Británica.
En segundo lugar está su veneno, que inhibe la comunicación entre células nerviosas, causando fuertes mareos, visión borrosa y parálisis. Con una mordida y sin recibir antídoto, un humano podría morir en 30 minutos, de acuerdo con el sitio web Mental Floss. De una sola vez pueden inyectar suficiente veneno para llenar una cucharilla y media de té.
No es una especie agresiva hacia los humanos, pero puede ser peligrosa durante su temporada de celo o cuando se siente acorralada. Advierte su ataque levantando la parte superior de su cuerpo, extendiendo su “capucha” y emitiendo un silbido bastante grave.
La cobra real habita en bosques de India y el Sudeste Asiático. Su principal presa son otras serpientes.
Foto: Wikimedia Commons. Michael Allen Smith
Es una de las serpientes más rápidas que existen, pues alcanza velocidades de 19 kilómetros por hora (más que una persona común corriendo). Su tamaño tampoco es fácil de ignorar: hasta 2.5 metros en promedio y 4.3 metros como máximo.
Es una especie tímida y nerviosa, que prefiere usar su velocidad para escapar de potenciales amenazas, explica la Enciclopedia Británica. Pero, cuando se siente obligada a defenderse, muerde a su víctima varias veces (como recordarás si viste la película Kill Bill Vol. 2). Solo dos gotas de su veneno, que ataca el sistema nervioso y corazón, serían suficientes para matar a un humano.
La mamba negra vive en África subsahariana. Por cierto, no es negra; el nombre hace referencia al interior de su boca.
Foto: Wikimedia Commons. Tad Arensmeier
El nombre ya te dio un buen indicativo del aspecto que tiene este animal, pues posee una protuberancia en su cola que luce muy parecida a una araña. Y no solo eso: la serpiente mueve su cola de tal manera que sí parece un insecto moviéndose. Así llegan a ella aves, ranas y otras potenciales presas, las cuales no imaginan que están a punto de convertirse en comida. Le ayuda el hecho de que su piel terrosa y escamas onduladas se camuflan fácilmente en la piedra caliza.
La especie es un descubrimiento reciente, ya que fue reportada por primera vez en 1968. A pesar de su aspecto amenazante y extraño, no es venenosa. Es endémica del oeste de Irán.
Foto: Wikimedia Commons. Omid Mozaffari
Un animal muy intimidante por su gran tamaño: es la serpiente más pesada que existe, con un máximo de 500 kilos. Por lo general miden cinco metros de longitud y más de 30 centímetros de grosor. Es una gran nadadora y puede pasar hasta 10 minutos sumergida por completo en el agua.
No es venenosa, sino se trata de una serpiente constrictora. Es decir, mata a sus presas asfixiándolas con su musculoso cuerpo; la anaconda verde arrastra a sus víctimas hacia el agua para ahogarlas, explica el Zoológico Nacional Smithsonian. Puede cazar grandes roedores, aves, ciervos y hasta jaguares, ocasionalmente.
Existe el mito de que la anaconda verde tiene un tamaño mucho mayor al real y que ataca a los humanos. Sin embargo, estos ataques son muy raros.
Habita en las selvas de Sudamérica y al este de los Andes.
Foto: Wikimedia Commons. Wagnermeler
En el grupo de las cobras existen unas 15 especies que han evolucionado hasta ser capaces de proyectar su veneno a una distancia de dos o tres metros. Se cree que lograron desarrollar esta característica como un método de defensa a distancia, sin la necesidad de morder, explica el Museo de Historia Natural de Londres.
Estas especies de serpientes disparan su veneno directamente a los ojos de su depredador potencial y la mayoría de las veces le atinan. El veneno causa un intenso dolor e hinchazón a nivel local. No hay muchos reportes de ataques de cobras escupidoras hacia otros animales que no sean perros o seres humanos. Una posible explicación, según el museo, es que pudieron haber evolucionado hace millones de años para defenderse de los primates.
Foto: iStock
Esta especie de serpiente solo habita en una pequeña isla de Brasil (por cierto, es casi la única habitante). No solo es venenosa: la sustancia que su mordida libera es un coctel de toxinas que afecta el sistema nervioso y la sangre, paraliza los músculos y derrite la carne para facilitar la digestión del animal.
La cabeza de lanza dorada es tan peligrosa porque evolucionó para sobrevivir en su hostil hábitat natural, reducido y sin muchas presas potenciales.
Foto: Ministerio de Medio Ambiente de Brasil
¿Sabías que en México existe una especie de serpiente que encontró su hábitat dentro de una caverna y evolucionó para alimentarse sin salir al exterior? Hablamos de Kantemó, una cueva en Quintana Roo donde se ofrecen recorridos turísticos (cuando el semáforo epidemiológico lo permita) para ver a sus intrigantes pobladoras. Conoce más aquí sobre este lugar.