La humanidad siempre ha sentido una gran fascinación por contemplar la bóveda celeste y la infinita belleza que ostenta, aunque no siempre la haga tan evidente. Te presentamos cinco extraordinarios fenómenos naturales que se forman en las alturas.
1
. Auroras boreales
Los hielos perpetuos, testigos silenciosos del tiempo, cubren la meseta ártica que permanece inamovible, hasta que un inquieto zorro corre por todas partes. En su andar agita la cola; se arremolina la nieve; de su pelaje brotan chispas que suben al cielo y éste se ilumina de múltiples colores. Así explican los samis —civilización que habita el norte de los países escandinavos y de Rusia — las auroras polares ( boreales en el hemisferio norte; australes en el sur).
En realidad, se trata de un fenómeno natural en que partículas emitidas por el sol chocan con el campo magnético de la Tierra y son dirigidas a los polos. En su camino rozan con los gases en la atmósfera , lo que produce los hermosos destellos de luz en el cielo.
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La mejor época del año para admirar las auroras boreales o “luces del norte ” es entre septiembre y marzo. Puedes optar por Fairbanks, en Alaska; Whitehorse, capital de Yukón, en Canadá; e Islandia. Pero si quieres vivir una experiencia única, te recomendamos Kakslauttanen, en Finlandia, donde podrás hospedarte en reconfortantes iglús de cristal. Además, hay excursiones con perros husky, paseos a caballo, viajes de pesca y la visita al Museo Sami.
2
. Sol de medianoche
La luna se ausenta, la penumbra y la noche no existen. Los días son interminables, el sol nunca se esconde. En países situados cerca del Círculo Polar Ártico , como Groenlandia, Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia y la región norte de Rusia, durante el verano los días no oscurecen. Se trata del llamado “ sol de medianoche ” o “ día eterno ”.
Este fenómeno puede durar solo 20 horas o prolongarse por 186 días (seis meses). El Polo Norte se convierte en un paraíso para los insomnes. En la isla de Seurasaari, en Helsinki, se realiza el Midsummer Bonfires, un festival de música y baile tradicional finlandés, en el que también se encienden enormes piras flotantes para celebrar la temporada estival; otra opción es ir al Festival de Cine del Sol de Medianoche , en la región de Laponia .
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En Finnmark, Noruega, debes ir a Cabo Norte, el punto más septentrional de Europa, para tener una vista inmejorable del “día infinito” y, si te dan los "munchies" de madrugada, ve a la pesca de cangrejos gigantes y después cocínalos a tu gusto. Si no quieres dormir y lo tuyo es la ornitología, entonces lánzate a la isla de Grimsey, Islandia, donde observarás frailecillos, cormoranes y golondrinas árticas.
3
. Noches blancas
Son las últimas semanas de junio. Antes de las 22 horas el sol desaparece de la bóveda celeste, pero su luz jamás se rinde. El cielo es un lienzo anaranjado. El crepúsculo dura toda la noche. Las pinceladas bermellón en las alturas se mezclan con los destellos de los juegos pirotécnicos. En las calles de San Petersburgo los rusos olvidan la sobriedad. Todo es fiesta y alegría.
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“La Venecia del Norte” es una de las ciudades donde las noches blancas se festejan con festivales musicales y gastronómicos. Para sumergirte de lleno en la experiencia, recorre la avenida Nevsky, donde hay restaurantes y bares abiertos las 24 horas. No puede faltar el recorrido por el río Neva para atravesar los puentes levadizos y recrearte con la exquisita arquitectura de la ciudad.
4
. Halo solar
Una corona de luz que flota en las alturas, un arcoíris circular que rodea al sol. Es un fenómeno visto mayormente en las regiones de clima gélido, como la Antártida, Alaska, Groenlandia, norte de Escandinavia, así como en zonas boreales de Rusia y Canadá, pero el halo solar también puede ser avistado en cualquier otra parte del mundo, como el que se vio en la Ciudad de México el 7 de julio de 2018.
Nome, al sur de Seward, en Alaska, es un lugar ideal para observar continuamente los halos solares , mismos que se forman por la refracción de la luz en los cristales de hielo que se encuentran en las nubes a gran altura. También puedes aprovechar tu estancia para dar un paseo sobre un trineo jalado por perros, así como visitar las antiguas minas de la época de la fiebre del oro a finales del siglo XIX.
5
. Nubes lenticulares
Enormes algodones con forma de lentes convergentes aparecen constantemente en las zonas montañosas del planeta . No se trata de naves espaciales, sino de las nubes lenticulares, las cuales destacan por lo peculiar de sus formas.
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Las condiciones atmosféricas que las generan son muy específicas, por lo que no las verás diariamente, pero si eres de los afortunados, captura la imagen para la posteridad.
Se han posado sobre las famosas cumbres del Monte Fuji, del Everest, las Torres del Paine (Patagonia chilena) y hasta del volcán Popocatéptl.