Jala es un pintoresco pueblo mágico al sur de Nayarit. Obtuvo esta distinción en 2012 por su exuberante naturaleza protagonizada por el volcán Ceboruco y una imponente serranía, sus edificios y monumentos de la época colonial, sus calles empedradas y por su tradicional gastronomía, siendo un reconocido productor de maíz.
Conoce algunos de sus principales atractivos y prepara las maletas para visitar este pequeño pueblito.
El pueblo mágico de Jala se encuentra al sureste del estado de Nayarit, muy cerca de los límites con Jalisco en medio de imponentes montañas que son parte del Eje Neovolcánico y la Sierra Madre Occidental.
Se encuentra a una hora en auto desde la ciudad de Tepic y a poco más de 2 horas de Guadalajara.
Conocido por los locales como el 'gigante negro', es uno de los emblemas de Jala. Es un volcán activo, aunque los expertos consideran que está en una etapa pasiva y no se esperan erupciones en el corto plazo. Su última gran actividad se registró en el ya lejano 1870.
Es posible subir hasta el cráter, que se eleva a unos 2,280 metros sobre el nivel del mar. Hay varios caminos para llegar ahí: por una ruta de senderismo de unos 18 kilómetros (4 horas aproximadamente), en cuatrimoto, en bicicleta e incluso en auto (unos 40 minutos).
Arriba, el paisaje está cubierto de roca volcánica (resultado de su última actividad) y picos afilados, forrados de vegetación.
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Durante el trayecto, seguramente verás el vapor que surge de la tierra o de las laderas del volcán. Se trata de fumarolas de vapor de agua que emite este gigante dormido y que se 'escapan' por algunas grietas.
Las calles de Jala son empedradas y serpenteantes. Al caminar por ellas, podrás ver casitas coloniales pintadas de colores, con árboles y flores de varias tonalidades. Seguro saldrán buenos spots para llevarte la foto del recuerdo, pero hay algunas joyas arquitectónicas que destacar.
En pleno corazón de Jala se levanta la Basílica Lateranense (anexada a la Basílica de San Juan de Letrán en Roma). Su estilo mezcla el neobarroco y el neoclásico.
Para su construcción, que inició a finales del siglo XIX y culminó a principios del XX, se utilizó cantera rosa, verde y amarilla. En su interior, resguarda una imagen de la Virgen de la Asunción del siglo XVIII.
A un costado, está la Capilla de San Francisco, popularmente conocida como 'la viejita', debido a que es uno de los primeros edificios de Jala, construido en 1582.
Eestá deteriorada, pero aún pueden apreciarse sus muros de adobe y cantera rosa, así como una imagen de la Virgen de la Purísima Concepción, con un penacho de plumas en lugar de corona.
El Santuario de la Natividad de la Virgen María fue edificado a fines del siglo XIX. Por cierto, está ligado a una leyenda.
Jala también es un lugar de leyendas, como la de la Sierpe.
Se cuenta que una noche, un campesino se dirigió al Cerro de la Cruz para soltar a su ganado, pero nunca regresó. Al otro día, su cadáver fue encontrado con varias mordeduras extrañas, las cuales ya habían aparecido anteriormente en vacas, perros y cerdos.
Con el paso de los días, más personas aparecieron muertas con los mismos mordiscos.
Los pobladores se armaron con machetes, palos y piedras para enfrentar a ese 'ser malévolo'. Se encomendaron a la Virgen de la Natividad y subieron el cerro.
Una vez arriba, escucharon el seseo de una serpiente ('sierpe'), e inmediatamente apareció un monstruo escamoso de 7 cabezas. Atacó sin piedad y parecía invencible, pues las armas no penetraban su gruesa piel.
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Desesperados, los sobrevivientes comenzaron a rezarle a la Virgen. Al escucharlos, la 'sierpe' se inmovilizó, dirigió sus cabezas al cielo, donde se formó una nube blanca. Una figura femenina emergió de ella y, de pronto, lanzó rayos de luz a cada cabeza de la criatura, hasta que no quedó ninguna.
Como estocada final, un relámpago impactó el cuerpo del animal, haciéndolo estallar en mil pedazos, liberando a Jala de la 'sierpe'.
Los habitantes siguen recreando este milagro cada 8 de septiembre, el Día de la Natividad de la Virgen. El pueblo prepara una gran fiesta a la Virgen; se llena de música y flores.
Los pobladores elaboran con cartón una serpiente y, una vez que cae la noche, esta desfila por el pueblo acompañada de fuegos artificiales. Finalmente, se quema, recordando aquel suceso.
Una maravilla natural de Jala se encuentra en las montañas de la comunidad de Jomulco, a unos 10 minutos en auto del centro del pueblo mágico. Lleva por nombre El Salto y es una hermosa cascada de 30 metros de altura.
Es visible únicamente en temporada de lluvias, principalmente de julio a septiembre. Hay que andar a pie cerca de un kilómetro a través de un camino que, en ciertas partes, está empedrado, en otras es de terracería y, en algunos tramos, se atraviesa un riachuelo. Una vez ahí, podrás darte un chapuzón en la poza que se forma en la base de la montaña.
Las panorámicas de la serranía son increíbles, aún más durante esos meses, pues gracias a las lluvias adquiere un verdor intenso.
Uno de los eventos principales de Jala se a inicios y mediados de agosto, empalmándose con la celebración de la Virgen de la Asunción, la patrona del pueblo. Se trata de la Feria del Elote, que reúne a varios campesinos locales, quienes muestran sus productos derivados del maíz, un buen pretexto para probar la gastronomía local.
Además de sus actividades culturales, artísticas y de entretenimiento, lo más llamativo de la feria es el concurso del 'elote más grande del mundo', pues los que se cosechan en Jala son únicos en el mundo: llegan a medir de 50 a 70 centímetros y hay quienes afirman que el tamaño se debe a las cenizas del volcán que se esparcen en las milpas.
Una buena opción de hospedaje está en una quinta del siglo XVIII, en pleno corazón de Jala: Nukari Quinta Boutique es un pequeño hotel con 17 suites con decoración sencilla, de estilo colonial. Cuenta con spa, rooftop y restaurante bar.
Tarifas desde $2,311 pesos por noche para 2 personas. Incluye desayuno buffet.
En el centro histórico encontrarás distintos puestecitos de comida y antojitos tradicionales.
También puedes ir al restaurante y café Los Monroy, a una calle de la plaza principal o a De La Rose, una cafetería especializada en desayunos.
No te vayas de Jala sin probar su tejuino, la piña rellena de ensalada de pescado, las gigantescas tostadas raspadas con frijol, el lomo guisado y el queso añejo o las pechugas 'volcanizadas' rellenas de calabacitas, champiñones y envueltas en hoja de plátano.
Para el postre, prueba los rosquetes (galletas cubiertas de caramelo) y las bizcoletas, un tipo de bizcochos caseros.
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