1 TLAXCALA
(Foto: Tanya Guerrero/ EL UNIVERSAL)
Cuándo:
del 8 al 13 de febrero.
La celebración destaca por la diversidad de sus trajes que provienen de varios pueblos del estado y convergen en la capital. Hay siete personajes principales : entre ellos los catrines, cuya vestimenta alude a la gente adinerada del siglo XIX; los charros, que usan un tocado con plumas de avestruz. Por sus accesorios, también es fácil distinguir a los danzantes de las cintas y de los cuchillos. Su historia se remonta a 1700. Comenzó como una sátira del pueblo hacia los burgueses y los propietarios de las haciendas, quienes organizaban ostentosas y exclusivas fiestas. Por eso se hace alusión a la forma de vestir y los rasgos faciales de los europeos.
A los danzantes se les llama huehues , término que significa ‘viejo’. Conforman diversos grupos de baile o camadas, y desfilan por las calles de la ciudad. Sus máscaras pueden estar hechas de madera o fibra de vidrio. Un atuendo completo para participar puede costar desde tres mil hasta 70 mil pesos. No se permite incluir influencias extranjeras (como caricaturas, por ejemplo) en la indumentaria.
Aprovecha para visitar los municipios que también festejan, como San Isidro y San Francisco Papalotla . Todos están a menos de una hora. En San Pablo Apetatitlán hay un taller de máscaras de madera abierto al público.
2 VERACRUZ
(Foto: ALAN CARRANZA)
Cuándo:
del 7 al 13 de febrero.
Este año, por primera vez el carnaval será temático : un festejo previo a los 500 años de la ciudad, los cuales se cumplen oficialmente en 2019. En los desfiles se presentarán carros alegóricos que harán referencia a los acontecimientos históricos importantes, como la Conquista . También mostrarán todas las aportaciones que el estado de Veracruz ha ofrecido, como el primer puerto del país, la primera vez que hubo una corrida de ferrocarril o un vuelo en globo aerostático en México. Las comparsas llevarán los colores de cada carro en sus atuendos.
En total, el jolgorio se compone de siete eventos masivos que incluyen conciertos, la coronación de los reyes y la quema del mal humor. Esta última es una tradición presente en muchos carnavales y que consiste en prender fuego a una figura que representa un personaje polémico u odiado por la gente. El año pasado el “ mal humor ” fue dedicado al “ muro de Trump ”.
En el programa musical participan Carlos Vives , el grupo CD9 y Gente de Zona . En las plazas públicas se presentarán grupos locales de salsa y son cubano. Durante los siete días del carnaval, participan aproximadamente 75 agrupaciones de bastoneras, batucadas y comparsas.
Sus orígenes datan del siglo XIX, como una fiesta de máscaras . Fue hasta los años veinte que inició el carnaval como lo conocemos, y en 1945 se hizo el primer desfile nocturno.
3 YAUTEPEC, MORELOS
(Foto: Archivo El Universal)
Cuándo
: del 16 al 19 de febrero.
En todo el estado de Morelos , los carnavales sobresalen por la presencia de un personaje: el chinelo . Se creó como una parodia hacia los españoles, pues la historia del festejo es bastante parecida a la que existe en Tlaxcala; es decir, inició como una especie de “ venganza ” por las suntuosas fiestas a las que solo los burgueses tenían acceso. Los chinelos exageran las facciones de los europeos, utilizan ropa con excesivos decorados (que incluyen espejos y cuentas de colores) y grandes sombreros con forma de cono. Algunos expertos consideran que su nombre, proveniente del náhuatl, podría significar “ persona que viste de ropas viejas ” o “ el que mueve bien los pies y la cadera ”.
Por su vestuario, se pueden distinguir tres tipos de chinelo . Aunque se originaron en el Pueblo Mágico de Tlayacapan , el municipio de Yautepec es el verdadero ganador en cuanto a su aspecto excéntrico. El traje está compuesto por terciopelo de colores y carece de un tono base. También incorpora bordados con lentejuela e imágenes prehispánicas como adorno. Un ajuar puede costar hasta cinco mil dólares.
En el festejo del carnaval, se lleva a cabo una danza conocida como “ El brinco del chinelo ”. Literalmente, los participantes disfrazados avanzan en grupo por las calles, mientras saltan al ritmo de la tambora y la música de viento.