Dormir (casi) al aire libre en medio de la naturaleza es una de las experiencias que se deben vivir, al menos, una vez en la vida. Sin embargo, hay personas que buscar vivir experiencias fuera de serie, pero no están dispuestas a sacrificar comodidades básicas.
El glamping es un concepto de hospedaje que ha tomado fuerza en los últimos años y se ha convertido en una alternativa para viajeros que buscan un hospedaje outdoor ‘de lujo’ (acampar con glamour), con todo el confort posible.
En México hay muchos alojamientos de este tipo: domos geodésicos, tiendas estilo safari, casas del árbol, burbujas transparentes...
Elegimos 10 de los glampings más bonitos, del norte al sur del país. Se instalaron en medio de un semidesierto, en un bosque de montaña, entre viñedos, en la playa o en la selva. Disfruta del paisaje en un espacio nada convencional, durmiendo en una camita confortable, sin pasar frío.
A tan solo 35 minutos en auto desde Ensenada, Baja California, Arre Lulu goza de una ubicación privilegiada: una colina en el Valle de Guadalupe, en la Ruta del Vino, con vista a las montañas y algunos viñedos.
Este hospedaje es muy singular, pues se trata de tres remolques metálicos o caravanas reciclados que fueron transformados en suites de lujo. Cada uno cuenta con su propia cocineta, baño privado con tina, televisión, grandes paneles de vidrio panorámicos, una decoración con detalles artesanales y coloridos, además de una terraza con plantitas de la región, mesitas y sillas para disfrutar de la tarde leyendo un libro.
Además de tomar un baño de burbujas en la tina con vistas de ensueño, puedes pedir cervezas artesanales, una botella de vino local y los menús para desayunar, comer o cenar en la terraza.
Tarifas por noche para dos personas, desde $3,395 pesos.
Entre el desierto y el mar, Quercus Baja Glamping se instaló a los pies de áridos cerros, con vistas al mar de Cortés.
Se encuentra a poco más de una hora de La Paz, Baja California Sur, y a 20 minutos caminando de la playa Agua Caliente, en el pueblo costero de El Sargento.
En un escenario agreste, tupido de arbustos y cactus, se levantan cuatro domos geodésicos: tres de ellos son para parejas y uno para familias. Están equipados con cama matrimonial o king, una mesita y sillas frente a un gran ventanal para que el interior se integre al árido paisaje.
Por supuesto, cuentan con baño privado, aire acondicionado, terraza con fogata y asador.
Tiene restaurante propio y ofrece una carta de actividades: recorridos en bici eléctrica dentro de la propiedad y en el pueblo El Sargento, picnics, senderismo, kayak en el mar, excursiones a la Isla Cerralvo, aguas termales, masajes en su spa y catas de mezcal.
Las tarifas varían dependiendo del día de la semana y la temporada. Van de los $3,200 a los $3,900 pesos por noche para dos personas. No incluye desayuno.
La Hacienda Coyotes de Abajo se fundó en 1790. Desde finales del siglo pasado, es un rancho ecoturístico, con 23 hectáreas de bosques, a poco más de una hora de Guadalajara.
Ofrece dos conceptos de hospedaje. El primero es Taanah (‘hogar’ en maya), dividido en cuatro ‘aldeas’ con tiendas estilo safari y cabañitas. La mayoría tiene capacidad para dos personas. Están equipadas con baño privado, terraza con sillas, ventilador y calefacción. El segundo es la aldea Luna, pensada para grupos, con baños compartidos.
Hacienda Coyotes tiene un elegante restaurante a orillas de un lago artificial y varias actividades, como tirolesa, paseo a caballo, bicicleta, kayak, temazcal y más.
El costo por noche para dos personas inicia en los $2,400 pesos. Incluye cena de tres tiempos y desayuno continental.
Aproximadamente a 40 minutos en auto de la ciudad de Querétaro, se localiza Nonu Glamping, en la ladera de un pequeño cerro con vistas al viñedo Puerta del Lobo, un enorme proyecto enoturístico que se extiende en 180 hectáreas y en donde se ofrecen experiencias.
Como parte de un paisaje semidesértico, habitado por cactáceas y lavandas, se levantaron cinco domos geodésicos dorados para parejas y familias. Los interiores son minimalistas, con baño privado. Pero lo más increíble son sus terrazas privadas con jacuzzi y una ‘red hamaca’ suspendida en el aire, puesta para platicar con tu compañero de viaje o para contemplar el cielo nocturno.
Los huéspedes disponen de tres restaurantes: Sarmiento, al aire libre y con especialidad en cocina mexicana de autor; Ruinas, con carnes a la parrilla; y El Mirador Wine & Cocktail Bar, en lo más alto del cerro, con platillos fríos para maridar con vinos y coctelería.
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En cuanto a las actividades, hay una variedad de opciones: masajes, cata de vino, comidas y cenas maridaje, recorridos guiados por la vinícola y cava, paseos a caballo, degustaciones de vino y hasta una minivendimia con pisado de uvas y guía especializado.
Las tarifas por noche para dos personas en Nonu Glamping comienzan en los $4,300 pesos. Incluyen desayuno.
La atmósfera rural, que forma parte del Geoparque Comarca Minera, es escenario del pequeño hospedaje K Naj Community, entre el pueblo mágico de Huasca de Ocampo y la pintoresca localidad de Omitlán, en Hidalgo, a unas tres horas en auto desde CDMX.
Son tres habitaciones modernas y acogedoras, con exteriores en tono negro mate e interiores de madera pulida. Elige entre una tiny house rodante equipada con jacuzzi, un loft tipo alpino o un pequeño contenedor de metal. Estos dos últimos tienen chimenea. Las tres unidades están equipadas con pantalla plana, baño privado, zona de estar y cocina equipada.
No tienen servicio propio de alimentos, pero en recepción puedes solicitar los menús de restaurantes cercanos para desayunos, comidas y cenas.
Para relajarte, escoge un masaje, una sesión de yoga o de temazcal (fuera del complejo). Además, hay tours y caminatas por los atractivos de la zona.
Tarifas desde $1,600 hasta $2,500 pesos por noche para dos personas. No incluye desayuno.
A unos 20 minutos del pueblo mágico de Jilotepec y a una hora de CDMX, está la pequeña comunidad agrícola y ganadera de San Agustín Buenavista, con extensos cultivos de maíz, bosques de pinos, encinos y el hotel boutique Hacienda Compostela.
Dentro de la propiedad, en ese ambiente campirano se encuentra Raíces Glamping, un hospedaje de concepto all inclusive en sus cuatro domos geodésicos y dos alojamientos tipo bóveda de cristal, con panorámicas 360°.
Todos están equipados con interiores de lujo, acabados en madera y piedra volcánica, piezas artesanales en su decoración, jacuzzi interior, baño privado, terraza y vistas hacia nopaleras, pirules o al cercano Cerro de San Agustín.
De amenidades, te dejarán en tu domo palomitas de maíz, fruta, esquites, frituras y hasta un chicharrón con guacamole. La cocina del hotel utiliza productos y sabores regionales.
Uno de los atractivos más destacados de Raíces son sus actividades, algunas ya incluidas en el hospedaje: taller de quesos; tour a cascadas, iglesias o zonas arqueológicas; fogata, cine al aire libre; bici de montaña y picnic de lujo.
Tarifas desde $3,800 pesos por noche para dos personas por domo. Incluye alimentos, bebidas y una de las experiencias por día.
Es un alojamiento ecofriendly de alta montaña en San Nicolás de los Ranchos, Puebla, a poco más de una hora en auto desde la ‘Angelópolis’. Se eleva a tres mil 600 metros sobre el nivel del mar, con una de las vistas más imponentes: directa al volcán Popocatépetl.
Es indispensable llevar ropa abrigadora y vestir en capas.
Dispone de tres casas del árbol que parecen de cuento. Un tronco atraviesa las cabañas a la mitad. Comparten un baño completo exterior. Hay dos cabañas más, estilo suite, con baño propio cada una. La más grande tiene un ventanal enorme, chimenea, sala y terraza, mientras que la más pequeña regala una vista directa a ‘Don Goyo’, desde su terracita.
El concepto de Pachamama consiste en reconectar con la Madre Tierra. Sus actividades incluyen yoga, sesiones de meditación, ceremonias ancestrales y senderismo.
No cuentan con restaurante, pero los fines de semana ofrecen servicio de cafetería.
Las tarifas comienzan en los $1,380 pesos por noche para dos personas.
Los sonidos de la exuberante selva veracruzana se mezclan con el andar del río Pescados en Picocanoa Rodavento, un eco-hotel de lujo de aventura y naturaleza en Jalcomulco, Veracruz, a menos de una hora en auto desde Xalapa.
En su glamping, se distribuyen 10 tiendas estilo safari con techos de lona. Las hay dobles y king, todas con un bonito baño con regadera exterior, terraza con vista al jardín y a la selva.
Tiene alberca, zona de meditación, cabina de masaje, temazcal y área de fogata.
Su restaurante La Cocina, cubierto por una palapa, se especializa en comida tradicional veracruzana.
Organizan rafting, rappel y kayak; pero, si lo tuyo es el apapacho, solicita un masaje o una ceremonia de temazcal. Para experiencias culturales, hay visitas a un apiario, una finca y al museo del café.
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Tarifas a partir de $3,105 pesos por noche para dos personas.
A unas tres horas de la ciudad de Oaxaca, en las faldas de la montaña más alta de San José del Pacífico y en medio de un bosque de niebla que pertenece a la Sierra Sur de Oaxaca, las Cabañas La Cumbre son un verdadero santuario para quienes buscan desconectarse del mundo.
Las señales de telefonía y wifi son casi nulas.
Se divide en dos secciones: las habitaciones en La Cumbre y la sección del bosque. En este último, se concentran una cabaña familiar de madera, domos geodésicos y casitas en forma de hongo. Están equipadas con baño privado y algunas cuentan con chimenea.
En la misma propiedad visita el restaurante-bar Punta Sur, con un par de terrazas y vistas increíbles al ‘mar de nubes’, juegos de mesa, guitarras y futbolito. Por otra parte, Nabanna Comedor es un atractivo restaurante en medio del bosque.
El complejo no ofrece actividades. Sin embargo, en San José hay muchos atractivos que conocer: un puente colgante iluminado, miradores, así como paseos en cuatrimoto y sesiones de temazcal con un chamán local.
Tarifas desde $1,500 pesos por noche para dos personas. Incluye desayuno continental.
A una hora de Mérida se esconde este paraíso de la selva maya, en la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes y Parque Estatal Lagunas de Yalahau.
Destino Mío by Aken Soul es un desarrollo que aprovechó el casco antiguo y los terrenos de la antigua hacienda henequenera Santa Teresa para crear una oferta hotelera de lujo.
Su área de glamping contiene ocho cabañas estilo safari, con techos de lona y pisos de madera. Todas tienen su propio baño y están decoradas con artesanías.
En la propiedad se descubrieron 12 cenotes, pero solo cuatro están abiertos al público y en tres se puede nadar.
En el restaurante Cocina Tamarindo prueba la gastronomía yucateca.
Su mirador, El Ojo, es una estructura de bambú de 18 metros de altura, con cómodos sillones para ver el atardecer en medio de la inmensa selva.