Más Información
¿Aún no sabes qué regalar en Navidad? esta es la lista de objetos que deberías evitar, según la IA; descubre por qué
Del mercado al escenario; Los Temerarios cumplen el sueño de un pequeño fan en su concierto en el Estadio GNP
Seguramente has transitado por ahí una infinidad de veces. Pero, ¿qué tanto la conoces? Aquí te presentamos 11 datos curiosos sobre la calle de Madero, en el Centro Histórico de nuestra capital.
1. Francisco I. Madero
es una de las calles más antiguas de la Ciudad de México, trazada poco después de la Conquista. Mide 700 metros y sus extremos se localizan entre el Eje Central y la Plaza de la Constitución. En siglos pasados recibió diferentes nombres, como Calle de San Francisco y Calle de Plateros. Este último es el más célebre, y se debe a que Martín Enríquez de Almansa, cuarto virrey de la Nueva España, dispuso que los comerciantes de plata se establecieran a lo largo de la vía. Se llama Francisco I. Madero desde 1914.
Quien le dio su nombre definitivo fue el mismísimo Pancho Villa. Colocó una placa sobre el mármol del edificio La Mexicana (donde ahora está la tienda Zara), en la esquina con Isabel la Católica, explica Víctor Cisneros, director de la empresa Los Tours del Centro Histórico.
2. En números
-2010 fue el año en que se convirtió en corredor peatonal.
-600 mil personas pueden caminar por esta calle en un solo día. En temporada alta la cifra puede aumentar a un millón, asegura Víctor Cisneros.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
3. La Casa de los Azulejos
Se encuentra en el número 4 de Madero. Sus muros exteriores, cubiertos con azulejos de talavera, fueron colocados en 1735. La leyenda cuenta que el responsable de tal decoración fue Luis de Vivero e Ircio de Mendoza, el segundo conde del Valle de Orizaba; se dice que, durante su juventud, su padre lo reprendió por la vida de excesos que llevaba, diciéndole que nunca lograría nada ni haría “casa de azulejos”. Sin embargo, la famosa fachada fue idea de una descendiente suya, la quinta condesa del Valle de Orizaba.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, la casa de estilo barroco novohispano fue la sede del Jockey Club de México, un punto de encuentro para la alta sociedad. En 1920, los hermanos Sanborns estrenaron aquí su primer restaurante con farmacia y tienda de regalos. El edificio también resguarda el mural “Omnisciencia”, de José Clemente Orozco.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
4. Palacio de Iturbide
Lo encuentras en Madero 17. Se llama así porque fue el hogar de Agustín de Iturbide por dos años, y de él salió para ser coronado como emperador. La mansión de estilo barroco, que fue construida entre 1779 y 1785, está catalogada como Monumento Nacional. Ahora es el Palacio de Cultura Citibanamex con exposiciones temporales, visitas guiadas y un museo de sitio que explica cómo se vivía al interior de la residencia. La próxima exhibición no ha sido anunciada.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
5. La Casa Borda
En el siglo XVIII, entre las calles de Madero y Bolívar vivió José de la Borda, un hombre muy rico que poseía minas en Taxco. Su casa era tan grande que abarcaba toda la manzana. Con el paso del tiempo la enorme propiedad de estilo barroco se dividió en varias partes, pero algunas de ellas aún conservan un larguísimo balcón corrido. Se dice que José de la Borda encargó esa estructura para que su esposa pudiera pasear por ahí sin salir de la casa, pues él era muy celoso. Para identificar la construcción, ubica el número 33 de Madero, que actualmente está ocupado por una sucursal bancaria; el famoso balcón está en el tercer piso.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
6. Historia trágica
Justo en la esquina localizada entre Madero y Motolinia, a más de dos metros de altura hay una placa de piedra con la forma de una cabeza de león. Marca el nivel que alcanzó el agua después de la Tromba de San Mateo, en 1629. Es la peor inundación que ha vivido la Ciudad de México: a causa de ella, murieron más de 30 mil personas, relata Víctor Cisneros.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
En Isabel la Católica 26, esquina con Madero. Más de 20 mil objetos relacionados con la cultura mexicana forman parte de la colección que Carlos Monsiváis reunió durante 40 años de su vida. Son ilustraciones, fotos, documentos y curiosidades que en este museo se exhiben en forma de muestras temporales divididas por tema. El nombre “Estanquillo” hace referencia a un tipo de establecimiento que proliferó en México durante el siglo XIX y principios del XX, donde se vendía todo tipo de productos. Tiene cafetería con terraza.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
8. Para comer
es un pequeño restaurante con terraza panorámica, ubicado en la esquina entre Madero y Bolívar (la dirección exacta es Bolivar 21). Las hamburguesas de tuétano, chicharrón y la pizza de chapulines, son las estrellas de su menú. Puedes acompañar la comida con una cerveza artesanal en botella; tienen 15 diferentes marcas.
Foto: Sergio Tapia. EL UNIVERSAL
9. El Mumedi
Tan solo entrar al Museo Mexicano del Diseño, en Madero 74, ya es una experiencia. La casona colonial que lo aloja data del siglo XVIII; fue construida sobre una parte del palacio que perteneció a Hernán Cortés, y debajo también están los cimientos de la pirámide del emperador Moctezuma Ilhuicamina. Hoy en día, sus paredes de piedra albergan exposiciones temporales relacionadas con toda clase de técnicas y materiales de diseñadores nacionales y extranjeros: desde fotografía e ilustración, hasta textiles y joyería. En agosto tendrá una muestra sobre la marca B.Duck, originaria de Hong Kong. También hay restaurante y una tienda llena de artículos creativos.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
10. De estreno
El Mumedi está a punto de inaugurar un hotel boutique, con seis habitaciones intervenidas por más de 70 empresas y estudios de diseño. Cada suite tiene su propio concepto y gama de colores, pero la tecnología es una constante: la iluminación, entretenimiento y aire acondicionado se controlan por medio de un smartphone.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
Los baños son de lujo, con amplios espacios y regaderas de efecto lluvia. Las habitaciones con vista a la calle de Madero tienen aislamiento acústico para garantizar el descanso.
Foto: Adriana Hernández. EL UNIVERSAL
11. Conoce sus secretos
El tour “Una historia que contar por la calle de Madero” se organiza para grupos de ocho a 12 participantes. Puedes reservarlo en la mañana o la noche, cuando hay menos gente transitando. Los guías van equipados con amplificadores de sonido y audífonos para que escuches mejor. Cuesta 350 pesos para dos personas.