Las cosas en Mercedes no fueron para nada buenas. Primero porque Lewis Hamilton perdió potencia en su monoplaza y tuvo que abandonar la carrera en la vuelta 17 y segundo porque George Russell acabó con su auto volteado tras un fuerte choque en la última vuelta de la carrera.
El británico, que aún no conoce quién será su compañero para el 2025, cuando Sir Lewis se vaya a Ferrari, era la única esperanza del equipo de las flechas plateadas por sumar puntos este día en el circuito de Albert Park, pero esa volcadura dejó a la escudería alemana sin unidades en la tercera fecha del mundial de Fórmula 1 en Melbourne.
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Dentro del garaje, el rostro de Toto Wolff fue de preocupación por el golpe de Russell, pero también porque entiende que el equipo al que dirige sigue sin tener resultados como los que los tuvieron por muchos años como el dominante de la máxima categoría.
George Russell marchaba séptimo en el Gran Premio de Australia, la posición la tenía segura e incluso intentaba hacer algo más en esa última vuelta, pero no contó con que una mala maniobra le jugaría en contra y lo dejaría con su monoplaza volteado.
El británico golpeó uno de los muros, se fue hacia la grava y entonces al perder el control del bólido se volvió a estrellar contra otro muro y esto hizo que el monoplaza terminara volteado hacia un costado.