Ventaja mínima, pero ventaja. Los salieron con la mano en alto en su visita al estadio Olímpico de San Pedro Sula al derrotar 0-1 al Motagua, en el juego de ida por los cuartos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf.

Marcador que es un tanque de oxígeno para Marco Antonio “Chima” Ruiz, técnico felino, que en la Liga MX da traspiés cada semana. Por ahora tiene algo que festejar.

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Un gol de Luis Quiñones (43’) al finalizar la primera parte, fue suficiente para mantener a raya a los hondureños, un club clásico de Centroamérica: rocoso, de mucho correr, mucho pegar pero poca calidad, que a base de enjundia metieron en problemas en los minutos finales a los regios.

Por lo que respecta a llegadas, Tigres fue superior sobre todo en el primer tiempo a los catrachos. André-Pierre Gignac y el propio Quiñones pusieron a trabajar al portero Marlon Licona, quien como pudo mantuvo su cabaña cerrada.

Pero vino el error, Licona despejó a medias un balón y Quiñones de volea aprovechó el rebote para mandarlo al fondo de la portería.

Con el marcador a favor, Tigres volvió a ese futbol cansino de los tiempos de Ricardo Ferretti, sin mucha llegadas pero tampoco sin mucho peligro de parte del rival.

En los últimos minutos, Motagua quiso dar un golpe y empatar, pero fueron pocas las acciones de real apuro sobre el arco de Nahuel Guzmán.

Así que Tigres se regresa a casa con ventaja, mínima, pero que parece ser manejable para la vuelta a celebrarse el 13 de abril en el Universitario.

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