El 'capricho' de pelear en Jalisco le salió caro al Canelo Álvarez, porque John Ryder no fue su principal rival, sí, lo venció por decisión unánime pero el mexicano no pudo ante la ansiedad y presión de querer una fiesta en casa con nocaut.
12 años pasaron para ver a Saúl de vuelta a México y 12, fueron los rounds que pasaron para conocer el resultado de la pelea en el estadio Akron.
Los jueces indicaron que fue un triunfo indiscutible para el Canelo Álvarez (120-107, 118-109, 118-109) que alargará su dominio como campeón indiscutido de los supermedianos, pero la voz del pugilista lo delató, no salió contento con el resultado quería regalarle un triunfo por nocaut a su gente, una parte lo abucheó por esa deuda en el encordado.
Pasión, amor y sangre son sinónimos del color rojo, mismo con el que Saúl iluminó el inmueble a su salida.
La pasión la desbordó Canelo desde sus primeros pasos rumbo ring. El amor, el que recibió por parte de los asistentes -familia, amigos y aficionados- . La sangre quedó en el rostro de ambos pugilistas.
Al Canelo le costó 5 rounds mandar a la lona a Ryder, parecía que lo tenía, pero el 'Gorila' fue fuerte y aguantó firme. Para el octavo asalto el británico volvió a probar la derecha del mexicano y otra vez cayó a la lona, de nuevo salió avante.
El tiempo se le acaba al Canelo Álvarez, quien con combinaciones de izquierda y derecha buscaba a Ryder, este lo provocaba bajando su guardia y evidentemente le generaba rabia al tapatío por retarlo de esta manera ante su gente. Lo esquinaba y Ryder salía, en el centro lo abrazaba, el británico no quería ser noqueado y lo logró.
Aunque Canelo Álvarez se puso la corona, presumió sus cuatro títulos, aumentó su dominio ante británicos -8- no concretó lo que hace 12 años, una contundente victoria en su casa, se va con ese pendiente, se desconoce si volverá a su tierra, pero dejó en el aire que va por Dmitry Bivol dónde buscará demostrar que sí el nocaut y él sí son uno mismo.