El Autódromo Hermanos Rodríguez era un hervidero previo al inicio de las 71 vueltas pactadas para la carrera en suelo azteca de la máxima categoría.
El desfile de pilotos, apenas menos de una hora antes del inicio de la competencia, coreaba sin cesar el nombre del piloto mexicano Sergio Pérez, con gritos que iban desde el “Checo, Checo”, hasta el coro cantado de “El Viejo Sabroso”.
Un éxito en las gradas llenas en su totalidad en donde la organización del Gran Premio de México reportó de manea oficial un nuevo récord de asistencia para los tres días, en donde ingresaron 400 mil 639 personas, cuatro mil 737 más que la edición 2022.
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Sin embargo, minutos posteriores al retiro de Checo Pérez, los aficionados comenzaron a buscar las salidas para ya, sin el espectáculo que venían a ver (el podio o la victoria del piloto mexicano), evitar el tráfico interminable que siempre aguarda en las inmediaciones de la Magdalena Mixhiuca.
De este modo, las gradas del autódromo se vaciaron prácticamente en un 60%, demostrando una vez más que el verdadero gran imán de la F1 en México es Checo Pérez, quien hoy decepcionó a miles de aficionados y que deberá sobreponerse a quizá el punto más doloroso de su carrera en la Fórmula 1.