Jannik Sinner se consolida, en 2024, como una de las figuras más galardonadas del deporte, a pesar de sus detractores, principalmente jugadores, quienes insisten en que sea castigado, suspendido, multado y borrado del tenis, situación que —hasta el momento— no ha ocurrido.
Iga Swiatek tiene una situación similar a la del jugador italiano y, mientras las agencias antidopaje no tengan elementos suficientes, las penalizaciones —si llegan— serán mínimas.
Sinner y Carlos Alcaraz, los gigantes de 2024, podrán seguir siendo los mejores por algunos años, ya que cada uno ganó dos torneos de Grand Slam y ambos son un espectáculo cada vez que se presentan en cualquier torneo del mundo.
En 2025, sigamos al tenista italiano y al joven español detalladamente, ya que el Abierto de Australia está a la vuelta de la esquina.
Quizá, Novak Djokovic —a sus 38 años de edad— con hambre de ganar certámenes de Grand Slam, pueda hacerles la vida imposible, aunque creo que el serbio está rezagado en temas de velocidad ante Sinner y Alcaraz.
Por otro lado, en el tenis de México, mientras tengamos una federación rota y nada seria, difícilmente avanzaremos.
La tarea es desarrollar el tenis, sin dividirlo, tener directivos eficientes y preparados, apoyar a los profesores, unir esfuerzos con los clubes, obtener credibilidad, siendo el objetivo regresar a México a los lugares estelares.
Nuestros entusiastas directivos consideran que haciendo torneos patrocinados por la Federación Internacional de Tenis lograremos tener jugadores de alto nivel.
Lo que necesitamos, primeramente, es contar con mejores directivos que realicen programas para desarrollar nuevos tenistas.
Por último, un alto directivo me comenta: “Tigre, pero esto ha sido lo mismo desde hace 40 años, y estamos peor”. Qué razón tiene.