Randy Arozarena se ha convertido en la imagen del beisbol mexicano, desde su gran actuación en el pasado Clásico Mundial.
Cubano de nacimiento, pero mexicano por deseo y naturalización, se robó el cariño de la afición tricolor con sus actuaciones durante el máximo evento beisbolero.
El jardinero de los Rays de Tampa Bay es la nueva inspiración y motivación dentro del Rey de los Deportes. Así fue para la Selección Mexicana de Beisbol Femenil, que en agosto consiguió su boleto a la Súper Ronda Final del Mundial de la especialidad, la cual se llevará a cabo en Canadá.
Mientras el equipo mexicano participaba en ese país de Norteamérica, Arozarena fue uno de sus principales seguidores.
El pelotero nacido en Mantua, Cuba, apoyó en todo momento a las mexicanas y mantuvo comunicación con ellas. Con el interés de Randy, nació una amistad.
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La cual fue sellada con un regalo que la Selección le hizo al pelotero de 28 años de edad mientras estuvo en la Ciudad de México por el Premio Nacional de Deportes que recibió la novena varonil.
El sombrero charro que utilizaban las tricolores para festejar en la justa mundialista fue enviado a Randy, mientras éste ofrecía una conferencia de prensa en el estadio Alfredo Harp Helú.
“Primero, lo íbamos a rifar en una dinámica a través de Instagram, pero después se decidió regalárselo a Randy... Él estuvo hablando con nosotras cuando anduvimos en el Mundial, nos echaba porras”, reveló a EL UNIVERSAL Deportes Dafne Mejía, pitcher de la Selección Mexicana Femenil.
El sombrero, parte de la cultura mexicana, llegó a las manos de Randy Arozarena, quien —de inmediato— posó para la estampa que se ha convertido en un distintivo dentro y fuera del diamante: Brazos cruzados, cabeza arriba y una imagen que transmite mucha seguridad.
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