Es la primera vez que participa en el Maratón de la Ciudad de México, y ya marcó historia. El corredor boliviano, Héctor Garibay Flores, conquistó el podio —de la categoría élite varonil— con un tiempo récord de dos horas, ocho minutos, veintidós segundos.
Curiosamente, no es su mejor marca. En sus palabras, hubo una ocasión en la que logró “dos horas, siete minutos, cuarenta y cuatro segundos”.
Ese amor por el atletismo lo llevó a París 2024. Y es que, durante el maratón de Sevilla, España, consiguió su pase para los Juegos Olímpicos, poniendo en alto no sólo el nombre de Bolivia, sino de Latinoamérica.
“Dejé todo en manos de Dios. En el recorrido, estuve pensando mucho en eso. Llega un momento en el que uno quiere salirse… Le doy gracias a Dios y a la motivación de mi familia”, confesó.
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Héctor, de treinta y cinco años, creció en Oruro, una ciudad de Bolivia.
Pese a que, en estos meses, el corredor se ha concentrado al cien por ciento en entrenar para alcanzar el sueño olímpico, la realidad es dura: no hay apoyo.
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Para solventar sus gastos, trabajó como taxista en su pueblo natal, por lo que tuvo que encontrar un balance entre el atletismo y su sostén económico.
Sin embargo, lo tiene claro: los Juegos Olímpicos son su prioridad. Por ello, está anteponiendo su entrenamiento.
“Tuve que arriesgarme a salir de mi casa y gracias a Dios, valió la pena”, finalizó Héctor tras completar los 42,195 metros del maratón capitalino.