“¿Qué se sentirá? Me quiero aventar y saber qué pasa”, fueron las palabras de la pequeña Alejandra Orozco al ver la fosa de clavados de Code Jalisco, instalaciones a las que llegó por clases de gimnasia y encontró el amor a la adrenalina de los saltos desde la plataforma.

Esta curiosidad le cambió la vida a Orozco Loza, porque pasó de realizar ejecuciones sólo para practicar una actividad extraescolar a convertirse en la disciplina que la catapultó a nivel mundial.

A los 9 años le hicieron saber que tenía el potencial para destacar, aceptó el reto de incursionar en el alto rendimiento y a partir de ahí “desayuno, como y ceno clavados”, dicho menú la hizo llegar a sus primeros Juegos Olímpicos en Londres 2012 con apenas 15 años.

La tapatía acompañada de Paola Espinosa pasaron a la historia al obtener la medalla de plata en la prueba de sincronizados femenil desde la plataforma de 10 metros, evidentemente su ambición de volver a acudir a una justa veraniega invadió a Alejandra y lo logró para Río 2016, sin embargo, el resultado no fue el esperado, ya que la dupla finalizó en el sexto puesto.

Un golpe duro para Orozco, aunque también fue una lección para crecer, porque comprendió que “no hay que repetir una fórmula” cada ciclo es distinto y esa fue la mentalidad para Tokio 2020, justa a la que llegó con una nueva compañera, Gabriela Agúndez y subieron al podio para recibir el metal de bronce.

A su regreso la tapatía se sometió a una operación en el hombro, parecía el principal reto para un nuevo ciclo, pero desafortunadamente no fue así.

La recuperación y temas administrativos le impidieron competir en 2022, para 2023 se quedó sin beca y apoyos para acudir a competencias internacionales, por lo que asumió la tarea de buscar patrocinios, dar conferencias e incluso pensó en vender sus preseas olímpicas para viajar a los campeonatos mundiales donde estaban en juego las plazas a los Juegos Olímpicos.

La inversión privada le extendió la mano a la experimentada clavadista quien en los campeonatos de Fukuoka y Qatar logró los cupos en individual y sincronizados, mismas que meses después le fueron asignadas.

París 2024 significó la cuarta y última justa veraniega para Alejandra Orozco Loza, donde tuvo el honor de ser la abanderada de la delegación mexicana.

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