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A San Francisco no se le puede pedir menos. Con la temible defensiva que maneja y una ofensiva con playmakers como Christian McCaffrey y George Kittle, los Niners están obligados al Vince Lombardi.
De hecho, el conjunto que se encuentra bajo el mando de Kyle Shanahan ha sido de los más competitivos en los últimos años. ¿En qué ha fallado?
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La posición de quarterback es de lo que adolece la franquicia e históricamente ha sido factor para que los 49ers se queden sólo cerca.
En 2013, cayeron en el Super Bowl XLVII ante los Ravens de Baltimore. El pasador en turno era Colin Kaepernick, quien en ese duelo completó un envío de anotación y también sufrió una intercepción.
Al año siguiente, estuvieron cerca de meterse por segunda ocasión consecutiva al partido grande, pero —en la última serie ofensiva— Kaepernick fue interceptado y terminó regalando el boleto a los Seahawks de Seattle.
En 2020 regresaron al Súper Tazón, ahora bajo el liderazgo de Jimmy Garoppolo, pero tampoco fue suficiente y los 49ers sucumbieron ante los Chiefs de Kansas City.
Dos años después, Jimmy-G tuvo la oportunidad de comandar a su ofensiva a otro campeonato de conferencia; sin embargo, las aspiraciones terminaron.
La temporada pasada, ante las lesiones de Garoppolo y Trey Lance, apareció milagrosamente Brock Purdy, quien —a pesar de ser el último pick del Draft 2022— le cambió la cara al equipo y lo llevó hasta la final de conferencia.
Desde 2013 hasta la fecha, han desfilado ocho quarterbacks diferentes, sin título.