La esperanza es lo último que muere dice el refrán que los Pumas toman como estandarte para soñar con un lugar en el repechaje.
Sin margen de error, los universitarios jugarán su último partido en condición de local frente al segundo mejor equipo del torneo, los Diablos Rojos del Toluca, obligados a ganar, o el fracaso de quedar eliminados será inminente.
“Sabemos que recibimos a uno de los mejores equipos del campeonato, pero tenemos que dejar todo en estos partidos. Hay que saberlo llevar y sufrir. Estoy seguro que estaremos preparados para ganar los tres puntos, que es el único resultado que nos sirve” declaró entre semana el portero mexicano Julio González, consciente de que si Pumas no clasifica, sería un rotundo fracaso y no habrá pretexto que valga.
Se enfrentan dos escuadras con realidades muy opuestas. Los Diablos están en lo alto de la tabla de posiciones con estabilidad y un estilo definido a lo largo de más de un año bajo las órdenes de Ignacio Ambriz; mientras tanto, los del Pedregal apenas van conociendo a Ricardo Antonio Mohamed, un técnico que llegó con la obligación inmediata de apagar un incendio provocado por Rafael Puente del Río.
Mas a pesar de la diferencia de puntaje y nivel de juego, la visita a Ciudad Universitaria, se le puede complicar a los llamados choriceros.
En los últimos cinco enfrentamientos disputados en el estadio Olímpico, la fortaleza azul y oro, los Pumas ganaron en cuatro ocasiones y sufrieron una sola derrota. De hecho, los escarlatas no se llevan el triunfa en la cueva universitaria desde la ya lejana la jornada 11 del Clausura 2018.
El Club Universidad, que actualmente está en el lugar número 16 de la tabla con 14 puntos, podría alcanzar puestos de repechaje con un triunfo sobre el Toluca esta tarde, de lo contrario, podría empezar a hacer las maletas para tomar unas nada merecidas vacaciones.
Es el último llamado para los Pumas, es momento de demostrar que el orgullo que tanto se presume de la comunidad universitaria, no ha quedado en el olvido.