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Aquellos fantasmas que mermaron el desempeño de Sergio Pérez en 2023 aparecieron en la clasificación en Imola.
El piloto mexicano sufrió un leve accidente en la práctica libre 3 y el monoplaza acabó en el muro. Pese a esto, los mecánicos dejaron listo el bólido para la qualy, pero el de Guadalajara quedó eliminado en la Q2 y este día largará en la undécima posición en el Gran Premio de Emilia-Romagna, carrera que reaparece en el calendario tras su cancelación la temporada pasada, por estragos en la región. La pista del Enzo e Dino Ferrari es compleja para hacer rebases, por lo que la estrategia del equipo y el cuidado de los neumáticos —especialidad de Pérez— deberá mostrarse desde que se apaguen los semáforos en Italia.
El tapatío confesó que sufrió con la adherencia del auto al asfalto, lo que le complicó hacer un mejor tiempo en su último intento. “Hemos jugado bastante con el auto en la Q1, no pude usar neumáticos nuevos, porque decidimos guardarlos. Fuimos con los mismos en la Q2 y cuando pusimos el nuevo, gané grip [agarre] trasero y me fui recto en la curva 7, gané más grip de lo esperado y eso nos perjudicó; una décima hizo la diferencia”, apuntó.
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Sergio no dudó en remarcar que todas esas afectaciones le impidieron encontrar el ritmo.
La pole position fue para su coequipero, el neerlandés Max Verstappen, quien estará acompañado en la primera fila por al británico Lando Norris de McLaren.
