Pachuca se juega su entrada al último tren para entrar a los cuartos de final, al enfrentar al Necaxa en el duelo del Play-In que definirá al equipo que se medirá con el América.
Un triunfo de los Tuzos, que jugarán su tercer partido en seis días, no sólo los metería en la Liguilla, sino que reforzaría su modelo deportivo, el cual se basa en la formación de jugadores mexicanos.
El modelo deportivo y de negocios de los Tuzos ha ido en crecimiento desde finales de los 90, cuando encontraron estabilidad en la Primera División. Y de ser un club que se manejaba con una secretaria y dos directivos, se ha vuelto una empresa que no sólo gana títulos (7 de Liga MX, 5 de Concacaf y una Copa Sudamericana), sino que forja futbolistas.
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Nombres como los de Héctor Herrera, Hirving Lozano, Erick Gutiérrez, Rodolfo Pizarro y Paul Aguilar, entre otros son una muestra de lo que ha logrado Pachuca, pero todo tiene una fórmula.
Jan Westerhof ha trabajado desde hace varios años en las fuerzas básicas de los Tuzos, como coordinador, asesor y explica: “Hay que que ver que esto es un negocio, un negocio con conciencia social y deportiva. Buscamos formar grandes jugadores y también grandes seres humanos… Y claro, obtener una ganancia, esto es una empresa que ha dado trabajo a cientos de personas”, explica el neerlandés.
El objetivo deportivo tuzo se simplifica: “Queremos tener a los mejores jugadores de México y Estados Unidos en el equipo, porque vamos a desarrollarlo en todos los sentidos, deportivo e intelectual. Entre más jóvenes lleguen, mejor”.