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Y cuando despertó, Nicolás Benedetti ya no estaba en el equipo más poderoso de México, donde todo lo bueno se magnifica, y lo malo, aún más.
Abrió los ojos y se encontró en Mazatlán, en una franquicia recién creada y en la que ha vivido momentos complicados, pero la fe y la esperanza son lo último que se pierde, porque “llegó la hora de dar la cara”, dijo, para EL UNIVERSAL Deportes.
Mazatlán antes era Morelia y llegar al puerto, por ahora, no es la mejor noticia que un futbolista de la Liga MX podría tener, pero el colombiano lo ve de otra forma: “Fue un paso difícil. Estaba en el América, el más popular, pero lo he tomado como un reto y la verdad es que el puerto es precioso y el proyecto camina al 100 por ciento. No hemos podido dar ese pasito, pero esto es un proceso”.
El puerto, Mazatlán, no es una plaza futbolera. Lo que manda es el beisbol y, además de eso, se tiene que lidiar con la fama que pesa sobre la región en torno a la inseguridad, “pero la gente ha apoyado, la gente acompaña, aunque no es el deporte principal de aquí. El público llena el estadio y nosotros ya debemos dar ese plus, es hora de dar la cara”.
Lo demás, los problemas sociales que rodean a la ciudad, a la población, “existen, pero la gente que viene a vernos es la trabajadora, a la que le interesa dar un paso hacia adelante, y nosotros debemos concentrarnos en devolver ese cariño”.
El primer torneo del Mazatlán fue el Apertura 2020, cuando se hizo oficial su mudanza, y —desde ese momento— por más que han luchado, sólo han logrado entrar al repechaje en el Clausura 2022. Benedetti sabe que están en deuda. Así que la misión es “complicar a todos los rivales”, y reitera: “Es hora de dar la cara”.