Es cierto que el Heat trató de hacer más decoroso el marcador en el último periodo, pero fue sólo eso: una reacción basada en honor. Porque nadie en la Arena Ball experimentó el más mínimo temor.
La primera experiencia de los Nuggets en unas Finales de la NBA fue tan dulce como letal. Poco más de dos cuartos les bastaron a los campeones de la Conferencia Oeste para sustentar su etiqueta de favoritos a llevarse el trofeo Larry O’Brien.
Denver puede ser un equipo poco vistoso, pero lo que enamora es su alta efectividad.
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Miami apenas alcanzó a meter las manos en un juego que se decidió muy temprano y concluyó con victoria para los Nuggets (104-93), que toman ventaja de 1-0.
Con una actuación extremadamente inteligente, ya que el pívot dio una clase magistral sobre cómo controlar un partido sin prácticamente mirar a canasta (8 de 12 en tiros a canasta, 10 de 12 desde la línea de personal).
Jokic se unió además a Jason Kidd (2002) como el único jugador que consiguió un triple-doble en su debut en unas Finales.
Impulsados también por una gran defensa en los tres primeros cuartos, los Nuggets contaron con 26 puntos y 10 asistencias de Jamal Murray, 16 puntos de Aaron Gordon y 14 puntos y 13 rebotes de Michael Porter Jr.
Bam Adebayo (26 puntos y 13 rebotes) fue el más destacado de unos Heat con un gris Jimmy Butler (13 puntos con 6 de 14, 7 rebotes y 7 asistencias).
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