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Los Juegos Olímpicos Tokio 1964 fueron un parteaguas en la vida del hombre que se encuentra tras la histórica tapa de Mil Máscaras.
Marcaron un momento crucial y decisivo en su vida, que se vio opacado por la falta de recursos económicos del Comité Olímpico Mexicano, organismo que le arrebató la posibilidad de representar al país en la máxima justa deportiva... Y en dos disciplinas.
Se trata de un duro momento que se mantiene fresco en la memoria de la leyenda de los encordados, quien compartió ese instante difícil en su vida.
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“Gané el Nacional y quedé seleccionado para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio en lucha grecorromana y lucha olímpica, pero sucede que me dijeron que no había recursos. Fui a ver al dirigente del Comité Olímpico Mexicano, lo cuestioné sobre el dinero, y me pidió seguir entrenando”, contó, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
Pero la oportunidad no llegó, algo que lamentó mucho, ya que —con el paso al profesionalismo— pudo enfrentar a uno de los medallistas en esos Juegos, al que derrotó en un par de ocasiones.
“Yo hubiera sido medallista de oro. Más adelante, enfrenté a un luchador japonés que había quedado en segundo lugar. Le gané muy fácil dos veces, era muy fuerte. Hubiera tenido esa posibilidad de ser campeón olímpico, pero me hicieron un favor y me dieron la opción de entrar a profesional”, dijo.
Tres meses más tarde y entrenando en Guadalajara, el gladiador hizo su presentación —con mucho éxito— en la lucha libre, un camino que lo llevó a convertirse en un referente internacional.