París.— Los países de Latinoamérica fueron los encargados de generar más gritos y ambiente en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Evidentemente, la delegación de México no defraudó.
Los pocos atletas que ya se encuentran en tierras francesas modelaron por la Villa Olímpica ese atuendo de gala que resalta la cultura del país, principalmente por el característico rosa mexicano.
El equipo fue liderado por la clavadista Alejandra Orozco y el pentatleta Emiliano Hernández, quienes tuvieron un traje distinto al resto de la delegación, para resaltar que son los abanderados.
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Los 100 tricolores que subieron a la embarcación comparten el sueño de hacer historia en esta justa veraniega, pero —como lo dijeron sus abanderados— tienen que manifestar que están unidos. Eso quedó claro con las porras, abrazos y brincos que realizaron cuando el sonido local anunció su salida del río Sena, rumbo a Trocadero.
Quizá fue el uniforme tan colorido, la hermandad entre países o simplemente la gran cantidad de mexicanos presentes en las gradas y alrededores de los seis kilómetros que recorrieron, pero ese último tramo de la delegación rumbo a la Torre Eiffel no pasó desapercibido para los parisinos, quienes les brindaron una calurosa bienvenida.