Nicolás Benedetti nació en Cali, Colombia hace 26 años, y desde pequeño, más allá de que dejó de lado su sueño de ser ciclista, “cuando me rompí los dientes por una caída”, su ilusión era y es defender la camiseta de la selección de Colombia.
“Le tomé fobia a la bicicleta, pero el futbol siempre estaba presente en casa, mi papá fue jugador y teníamos como sueño jugar en la selección”, recuerda el volante ofensivo del Mazatlán FC.
Por eso, por el cariño que le tiene a su patria futbolera, es sincero al decir que no le gusta ver a su compatriota Julián Quiñones vistiendo de verde, en vez de lucir el amarillo, jugar por México en vez de hacerlo por los colombianos.
“Julián ha demostrado que es un gran jugador y lo que decidió, jugar por México es… respetable”, menciona el llamado Poeta, “pero Poeta sólo por ser homónimo —en el apellido— del gran escritor [el uruguayo Mario Benedetti], yo no escribo nada”, reconoce.
Volviendo al tema de Julián Quiñones, quien aunque no ha terminado su proceso de naturalización entrena con la Selección Mexicana, a invitación del técnico nacional Jaime Lozano, Benedetti refrendó su respeto a su decisión: “Él sabrá por qué tomó esa postura, pero si jugar por México es su prioridad, está bien, lo acepto”.
Pero aunque se haya comportado lo más diplomáticamente correcto, no puede negar la realidad, su verdadero sentimiento: “A mí me gustaría verlo vistiendo la casaca de Colombia, es lo que pienso”.
Mas la decisión del americanista está basada en cuestiones de tiempos y épocas, y eso lo entiende Benedetti: “Llegó aquí muy joven, y es muy querido por todos. Si elige México es su gusto, la verdad es que yo sólo pienso en ayudar a mi selección, pero los tiempos han cambiado, que le vaya muy bien”.
Se espera que sea en octubre cuando Julián Quiñones termine su proceso de naturalización y pueda ser llamado por Lozano para los juegos amistosos contra Ghana y Alemania, ambos en Estados Unidos.