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El próximo 29 de octubre, cada piloto de Fórmula Uno tendrá el mismo objetivo dentro del Autódromo Hermanos Rodríguez: el trofeo de primer lugar.
La copa, 100 por ciento mexicana, será otorgada al volante más veloz en la antepenúltima carrera de la temporada, y es una de las más deseadas.
Hecha de 2.8 kilos de plata —trasladada desde las mejores del país—, bañanda en 23 kilates de oro y colocada sobre una base de obsidiana, el trofeo del Gran Premio de México necesitó seis semanas para su elaboración, realizada totalmente a mano.
Alrededor de 15 personas crearon esta pieza. Comenzó desde el torno de rechazado para manipular la forma; continuó con la orfebrería para ajustar la plata. El pulido y grabado son los pasos siguientes ya que el galardón esté sólido. Por último se hace la limpieza.
Ahora, el trofeo espera al victorioso en el la carrera tricolor.
“La Fórmula Uno tenía un diseño y nosotros lo hicimos realidad”, explicó Ricardo Domingo, director creativo de TANE, empresa encargada de la creación de la copa.
“Es un trofeo muy potente. Representa el águila de la Bandera Nacional y, al mismo tiempo, el viento del tubo de escape de un automovil”, agregó el experto en joyas y plata.
El diseño se ha mantenido desde el regreso de la F1 al país, en 2015. Lo único que cambia en el grabado es el año, colocado en
la parte posterior y por debajo de la Bandera.
Domingo reconoció el trabajo de cada persona que forma parte en la creación del trofeo. “Es un equipo que se toma su tiempo para brindar la mejor calidad”.
En las últimas dos carreras en el Autódromo Hermanos Rodríguez, la copa se ha ido con Mercedes. En 2015, la ganó el ya retirado Nico Rosberg; la campaña pasada, Lewis Hamilton.