Más Información
hector.morales@eluniversal.com.mx
Era 10 de julio de 2011. Todo México sabía de aquel muchacho llamado Julio Gómez (Tampico, 1994), quien fue capaz de eliminar a Alemania del Mundial Sub-17, con una venda en la cabeza y enviar al Tri a la final de aquel torneo.
Ese hecho fue tan inolvidable para La Momia como perjudicial para su carrera. “De pronto no era nadie y al otro día, te cambia la vida”. Logró ser el mejor jugador de esa Copa del Mundo, pero actualmente se encuentra en el Ascenso MX con muy pocos minutos con el Atlético Zacatepec.
El volante tamaulipeco no duda. Sabe que a ese joven que marcó un histórico gol de chilena a los teutones con la cabeza “rota” hace seis años le pesó la fama.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Gómez narra que su gran sueño es volver a la Primera División y cómo se desubicó, luego de alcanzar el estrellato, que le resultó efímero.
¿Sientes que este proyecto (en Zacatepec, antes Coras de Tepic ), sirve para volver a la Primera División?
Claro. Es como una especie de filial de Chivas, entonces hay muchos reflectores encima, se está al pendiente de lo que haces, porque el sueño es volver a la Primera División, queremos estar allá otra vez. Si vuelvo al nivel que tuve, puedo lograrlo.
Ver a toda la afición mexicana coreando tu nombre...¿qué sentiste?
Un día inolvidable para mí, porque llegar a la final, a México, iba en el camión y ver a todo mundo con la banda en la cabeza fue una alegría inexplicable... fue algo muy bonito. Mi familia se sintió muy orgullosa de mí.
¿Qué pasó de ese momento a ahora con Julio Gómez?
He madurado. El tiempo me ha enseñado a pensar mejor las cosas. Me desubiqué un poco, luego planté los pies sobre la tierra, pensé mejor. Medité sobre lo que estaba haciendo, vinieron lesiones, no me cuidé de la mejor manera.
¿Es difícil manejar la fama a los 17 años?
Sí, la fama cuesta demasiado manejarla a esa edad. De pronto no eres nadie y al otro día te cambia la vida.
¿En qué momento te diste cuenta que perdiste el piso?
Cuando salí de Pachuca, llegué a Chivas y me lesioné. Me mandaron a Correcaminos y sentí que estaba desubicado. Supe que en lugar avanzar, y no es por menospreciar al ascenso, retrocedí.
¿Cuáles son tus sueños?
Regresar a Primera División es un sueño muy grande, pensar en la Selección Mayor, haciendo un buen trabajo.