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Reza un dicho que después de la tormenta viene la calma. Así fue para el taekwondoín Uriel Adriano , quien presume con orgullo una plata en el Canadá Open 2017 , medalla que arrastra consigo un año de esfuerzo y de mucho sacrificio físico, mental y económico, luego de haberse quedado a la deriva por las lesiones que lo aquejaron y sin el apoyo (como suele suceder), de quienes después presumen como suyos los logros de los atletas.
¿Qué representa para ti volver a escena con una medalla?
Después de lesiones tan fuertes, de que me quitaron el apoyo, hice un gran esfuerzo para poder ir a Canadá, donde he estado entrenando con un profesor. Llegué al torneo después de más de un año que no peleaba y me sentí bien, pero más que nada, esta medalla me da ánimos para seguir.
Este logro también es una “cachetada con guante blanco” para la gente que te quitó el apoyo y no creyó en ti…
Lo hice por mí. Pedí ayuda y algunas personas me dijeron que sí, pero nunca llegó, y otras personas que nunca me dieron nada. No es reclamo, porque ya no me interesa, simplemente voy a seguir haciendo mi trabajo.
La plata también te deja un panorama más amplio para saber en dónde estás parado…
Sí, mi primer paso es volver a ganar un Nacional, volver a estar concentrado con selección nacional, sé de mi calidad. ¿Dónde estoy parado? Creo que en un nivel en el que puedo seguir creciendo y preparando al cien por ciento, siento que puedo llegar a dar medallas no sólo panamericanas o centroamericanas, sino mundiales todavía y volverme a colocar para tener mi oportunidad de representar a México en Tokio 2020.
¿Qué te motivó a hacer el esfuerzo físico y económico?
Una de las cosas por las que hice este esfuerzo para regresar fue para demostrarme a mí mismo que también podía por todas las cosas que pasan a mi alrededor, que a veces te hacen sentir mal y te hacen sentir que no fueras campeón del mundo, como es en mi caso, te hacen sentir que no eres nadie cuando en realidad eres alguien.