No habrá un duelo inédito entre Roger Federer y Rafael Nadal en el US Open. Juan Martín del Potro le causó una nueva desazón al astro suizo en Flushing Meadows.
El argentino Del Potro se impuso a Federer el miércoles por 7-5, 3-6, 7-6 (8), 6-4 para instalarse en las semifinales del único certamen del Grand Slam que ha ganado en una carrera plagada de lesiones.
“Creo que he jugado mi mejor partido del torneo, hice todo bien”, destacó Del Potro, en la entrevista sobre la cancha del estadio Arthur Ashe, mientras el público coreaba “Olé, olé, olé, olé, Delpo, Delpo”.
El cántico se transformó en una ovación atronadora cuando el tandilense, previo permiso del conductor de la TV, dirigió unas palabras en español.
“La verdad es que están haciendo un torneo espectacular, ustedes, todos ustedes, Latinoamérica”, dijo. “Les agradezco de corazón porque me ayuda mucho la alegría que me mandan desde la tribuna”.
Aquella coronación en 2009 llegó mediante otra campanada ante Federer, entonces en la final. Ahora, la “Torre de Tandil” le cortó a la leyenda una racha de 18 victorias consecutivas en encuentros del Grand Slam.
"Tuvo golpes buenos cuando los necesitó (...) y yo le ayudé un poco a veces, demasiado, quizás”, dijo Federer, que se describió como demasiado "nervioso". "Faltaba algo de magia".
El suizo insistió en que, al contrario que todo el mundo, no dedicó tiempo a pensar en un posible duelo con Nadal en el único major que todavía no les ha visto enfrentarse. Su larga rivalidad incluyó 37 enfrentamientos, y al menos dos finales en cada uno de los otros tres torneos del Grand Slam.
"He pasado muchos problemas durante el torneo como para pensar tan a largo plazo”, agregó Federer.
Federer había ganado este año los títulos del Abierto de Australia y de Wimbledon, para elevar su cosecha récord a 19 trofeos en las grandes citas.
Pero ante Del Potro se mostró errático en momentos en que hubiera podido tomar el control del encuentro.
Eso no quiere decir que hayan faltado los destellos de calidad en el partido de dos horas y 51 minutos. Cada tenista prodigó algunos disparos sublimes.
Federer, de 36 años, tuvo problemas con sus disparos de derecha. La pulseada tomó rumbo en el desempate del tercer set, que Federer se quedó a un punto de ganar en cuatro ocasiones.
Hubo en cambio poco suspenso en la cuarta manga. En 2-2, Federer envió a la red un remate para obsequiar el tercer break point del partido, que el argentino aprovechó con un tiro cruzado de revés.
No volvió a mirar atrás ni pareció resentir los efectos del maratón de cinco sets y tres horas y media que disputó en la cuarta ronda. Tampoco mostró debilidad por el resfriado que lo ha aquejado durante el torneo. Eso sí, tosió encima de una toalla en el segundo set.
“Espero estar un poco mejor físicamente, me siento mejor de la gripe”, indicó en una entrevista ante la televisión.
Lució cabal salud en sus disparos poderosos y precisos, incluido un rayo con el que obligó a que Federer se agachara.
“Le pegué lo más fuerte que podía, porque era la única manera de ganar”, reveló Del Potro. “Contra Nadal, los tiros fuertes no van a alcanzar, necesitaré correr mucho”.
Nadal sí hizo su parte para anclar en la ronda de los cuatro mejores. Apabulló en tres sets al adolescente Andrey Rublev.
Antes de que comenzara el torneo, Nadal fue sincero. Cuando se le preguntó si esperaba enfrentar a Federer en semifinales, dijo que prefería medirse a alguien menos complicado.
No está claro si Del Potro, con este nivel, puede ser más fácil. Pero sí es evidente que Nadal, el primer preclasificado, juega cerca de su mejor nivel.
Despachó a Rublev con parciales de 6-1, 6-2, 6-2 en poco más de 90 minutos.
“Si es Roger Federer, desde luego que me emociona jugar ese partido, y claro que es especial para mí jugar contra él aquí en Nueva York por primera vez en nuestra carrera”, dijo el español. “Es algo un poco raro que jamás hayamos jugado aquí, porque nos hemos enfrentado muchas veces en todos los torneos importantes alrededor del mundo”.
Del Potro acabó con las conjetura de ese posible encuentro. En la otra semifinal, el español Pablo Carreño Busta chocará contra el sudafricano Kevin Anderson.