Han pasado cinco mil 478 días y lo recuerda como si hubiera sido ayer. Hace 15 años, escribió su nombre en la historia del deporte mexicano, al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Beijing 2008.

“La única fecha que recuerdo bien siempre que llega agosto es el 23. Para mí, es un día especial. Lo puedo definir como mi gran día, el día perfecto”, compartió la extaekwondoina, en charla exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.

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La sinaloense salió de la villa olímpica sabiendo que “iba a ser un día diferente. No sabía si iba a ganar medalla o no, pero sí tenía ese sentimiento de que iba a ser un día especial”.

María recuerda que, al iniciar la participación en sus primeros Juegos Olímpicos, sólo se decía “lo único que quiero y deseo es que reaccionen mis piernas, que no me gane el nervio y que pueda hacer lo que entrené”. De los cuatro combates que tuvo, el que más le causó nerviosismo fue la semifinal contra Sarah Stevenson, porque la británica “ya me había ganado dos combates anteriormente. Sabía que era el combate de mi vida. Si ganaba, ya estaba en la final. Paso ese combate y voy a la final, con la noruega Nina Solheim”.

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Espinoza entregó todo en seis minutos (tres rounds de dos minutos cada uno) y triunfó por 3-1. Cuando sonó la campana, sonrió, sabía que ya se había vestido de oro, pero fue hasta el abrazo con su entrenador José Luis Onofre cuando comenzó a llorar.

“El profe traía una bandera que la había escondido entre sus cosas porque yo creo que él también sentía esa intuición de que íbamos a ganar ese combate, me la da para que yo dé mi vuelta olímpica y me avientan un sombrero de charro”, describió la originaria de La Brecha.

"Y como si fuera una película” describe María que cuando caminó al podio “los recuerdos llegaron, pasaban en mi cabeza mis papás, el lugar donde yo crecí, mis entrenadores en selección nacional, mis profesores que me llevaron en esa formación, mis compañeros de equipo, era como una bola de nieve”.

Con apenas 20 años de edad, Espinoza se colgó la medalla de oro, provocó que la bandera de México ondeara en lo más alto del podio e hizo que el Himno Nacional Mexicano se escuchara hasta el otro lado del mundo, pero al finalizar los festejos la entonces taekwondoina se preguntó “¿Qué seguía después de ganar una medalla olímpica? La respuesta fue más medallas olímpicas” y cumplió.

María del Rosario Esopinoza para Londres 2012 consiguió la presea de bronce y en Río 2016 obtuvo el presea plateado, con estos resultados la convierten como la segunda mexicana con una medalla de oro en Juegos Olímpicos y es la única mexicana con tres metales olímpicos en la historia del taekwondo, comparte este récord con Steven López de Estados Unidos, Hawng Kuyn-Seon de Corea y Hdi Saei.

“Hoy te puedo decir que me siento una mujer con la satisfacción que pude dejar huella en el deporte mexicano, toda mi vida voy a estar agradecida con el deporte, con México, por darme esa oportunidad de representar al país y de poder poner la bandera en lo alto de los Juegos Olímpicos”, finalizó.

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