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A lo largo de sus 34 años, Luis Jesús Vidales, a quien apodan Coto, ya probó de todo, lo bueno y lo malo; la vida le ha dado una segunda oportunidad y hasta el momento, la aprovecha.
De sonrisa fácil, valiente, bueno para el baile, boxeador de buen estilo y lenguaje florido, este pugilista, que ya fue campeón nacional de peso superligero y welter, así como internacional del Consejo Mundial de Boxeo, vive un buen momento en su carrera. Coto peleó apenas el 21 de marzo y venció por decisión unánime a Emanuel Morgan Villa, y este 20 de mayo volverá. “Sólo pienso en ganar, en romperle la jeta a mi rival. Salgo siempre a partirme la madre o a que me la partan, pero esta vez debo ganar a como dé lugar, porque viene la pelea por el título Fedecentro de la Asociación Mundial de Boxeo”.
Luis se forjó entre el bien y el mal, entre asaltar, jugar futbol y entrenar boxeo, este último deporte fue el que lo sacó del mal camino y ahora es un ídolo en el municipio de Ecatepec.
“Anduve de malora, porque estaba peleado con la vida; hice cosas malas, como robar, tomar, pelearme, me junté con gente mañosa, pero estoy vivo, libre y haciendo lo que me gusta, pelear y ayudar a la gente”.
Parte de su labor social está en ir a los reclusorios de la Ciudad de México a hacer sesiones de sparring con las personas privadas de su libertad. “Aunque me detuvieron nunca fui a parar a la cárcel, por eso voy a los reclusorios, a decirles a los chavos que sí existen alternativas de mejorar, de salir de la basura. Les cuento mi historia, que no es algo de lo cual me sienta orgulloso, pero me ayudó a ser lo que soy. Luego me subo al ring y les enseño boxeo, me dan mis chingadazos, porque trato de dejar huella en su memoria”.
Le gusta ir a esos lugares, “trato de pagar lo mal que me porté”. Lo mismo hace con chavos viciosos que llegan al gimnasio donde da clases de boxeo: “Los invito a entrenar, les presto guantes y les recomiendo que dejen el vicio y hagan deporte. Algunos se van y ya no regresan”.