La de fue una de las casi 50 mil gargantas que explotaron justo cuando Austin Wells conectó aquel cuadrangular por el jardín izquierdo que garantizó la victoria de los Yankees (11-4), esa que los mantiene con vida en la Serie Mundial.

Relegado a un papel secundario debido a su alarmante falta de bateo oportuno, más allá de la carrera impulsada en el octavo capítulo, al Juez no le quedó de otra más que mutar en fan de unos Bombarderos del Bronx que fueron rescatados por esos peloteros de los que no se espera mucho en la caja de bateo.

Nueva York se acercó en el Clásico de Otoño (3-1) gracias a los tres últimos elementos de su alineación. Entre Wells, Anthony Volpe y el mexicano Alex Verdugo produjeron siete de las 11 carreras de los campeones de la Liga Americana.

El shortstop Volpe se llevó los reflectores en la Gran Manzana con el Grand Slam asestado en la parte baja de la tercera entrada, cuando los Yankees se pusieron adelante en el marcador (5-2) por primera vez desde los extrainnings del partido inaugural de la serie.

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Es por eso que Yankee Stadium rugió. Los Mulos de Manhattan se presentaron con la eliminación en el rostro. La esquivaron.

Fueron el equipo número 25 que llega al cuarto juego de la Serie Mundial con desventaja de 0-3. De los anteriores 24, sólo tres lograron mantenerse con vida. Eso sí, ninguno se ha recuperado para levantar el Trofeo del Comisionado.

Porque los Dodgers de Los Ángeles siguen a una victoria del título, pero dejaron pasar la primera oportunidad... Y les duele.

A final de cuentas, Freddie Freeman pareció mostrar el camino a la coronación con su vuelacercas de la primera entrada, para colocar a su equipo adelante 2-0.

El script era el mismo de antenoche, pero esta vez los Yankees mostraron el carácter que su linaje les demanda para seguir con vida, aunque el mejor de sus bateadores siga un poco dormido.

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