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Boston.— La temporada de los Celtics no acabó en una barrida a manos del Heat de Miami, en la final del Este, y ahora hay un destello de esperanza.
Queda por definir si la victoria de Boston (116-99) el martes fue el inicio de un resurgimiento milagroso o simplemente un respiro momentáneo de lo que sugiere la historia en la NBA.
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A final de cuentas, la victoria de los Celtics hizo que sus posibilidades de convertirse en el primer equipo de la NBA en 151 intentos de sobreponerse a un déficit de 0-3 en una serie al mejor de siete, pase de ser insuperable a algo dudoso, de cara al quinto juego, que será esta noche, en el TD Garden.
Eso es bueno para un equipo que ha pasado la mayor parte de sus series pareciendo todo, menos el segundo mejor de la Conferencia Este.
“Sólo tenemos que salir a ganar otro partido. Eso es lo único que importa”, dijo el base de los Celtics Marcus Smart. “Lo tomamos como un partido a la vez. Entendemos que las probabilidades están en nuestra contra, pero somos un equipo que cree en sí mismo, sin importar nada. Y simplemente tenemos que seguir y lo único que importa ahora es el siguiente juego”.
Gran parte de lo que hizo de los Celtics uno de los mejores equipos fue su fuerza mental, la cual estará a prueba hoy.