Raúl Alpízar metió las manos en los bolsillos y resopló cuando el árbitro Adonai Escobedo —vía el VAR— dio por buena la anotación del defensa Miguel Barbieri (85’), esa que representó la dramática victoria de los Gallos Blancos sobre los (1-0).

Encargado del banquillo universitario mientras Antonio Mohamed resuelve algunos temas personales, el exdefensa sabía que los visitantes hicieron casi todo para llevarse el botín completo del estadio La Corregidora. El problema es que lo único que les faltó fue contundencia.

Eso explicó la amargura de los felinos tras el silbatazo final del silbante.

En caso de ganar, los Pumas habrían ascendido hasta el puesto 12 de la tabla, ese que da el último boleto disponible a la reclasificación. En cambio, la derrota los hunde como el segundo peor equipo en el presente campeonato, sólo por encima del Mazatlán FC.

Es por eso que varios quedaron tendidos sobre el césped. Es cierto, el Turco tendrá cuatro partidos para intentar recomponer el camino y meterse al repechaje; sin embargo, el margen de error se ha terminado y, por si fuera poco, su calendario está integrado por el Atlético de San Luis, el Toluca, el América y el Monterrey.

El Querétaro parecía la mejor oportunidad de llevarse tres puntos y tratar de estar en una posición menos comprometedora, pero la ofensiva universitaria se topó con un hombre que hasta no mucho entrenaba a su lado: Gil Alcalá.

Juan Ignacio Dinenno, Eduardo Salvio, César Huerta y hasta el juvenil Jorge Ruvalcaba no pudieron superar al portero queretano, cuyas atajadas resultaron clave para un conjunto que lucía desahuciado y ahora no está en zona de fase final por diferencia de goles.

Esa etapa que hoy luce tan lejana para los Pumas, quienes ligaron su cuarta derrota en fila.

La afición auriazul estaba segura de que la salida de Rafael Puente del Río solucionaría todos sus problemas, pero está claro que Mohamed tiene ante sí un enorme reto.


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