Los Ravens de Baltimore buscarán abrirse paso al juego de campeonato sobre unos Texans que intentarán ser la sorpresa de la semana.
Al mismo tiempo, Lamar Jackson tiene la obligación de consolidarse como un jugador que puede mantener su calidad en postemporada, asignatura en la que va reprobado hasta el momento.
El quarterback de Louisville ha jugado cuatro partidos de Playoffs desde que tomó la ofensiva de Baltimore en 2018, y ha caído en tres ocasiones, frente a Chargers, Titans y Bills. Además, sus cifras en la postemporada distan mucho de su rendimiento regular, en esos encuentros registra tres pases de touchdown, cinco intercepciones y ha completado 55.9 por ciento de sus envíos. Cabe resaltar que en dichos partidos, Baltimore promedia 13 puntos, esto revela la poca productividad en la ofensiva que comanda el candidato a ganar su segundo MVP.
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Este año la situación ha cambiado en favor del pasador nacido en California, ya que está rodeado de talentos como los receptores Zay Flowers y Odell Beckham Jr. También el ala cerrada Mark Andrews está listo para regresar y junto a él estará Isaiah Likely.
Esta ofensiva liderada por el coach John Harbaugh promedia 28.4 puntos por partido, garantizando una pesadilla para cualquier defensiva.Lamar Jackson tiene todo para deshacerse de esa carga que pesa sobre su nombre y alcanzar su primera final de conferencia, pero antes debe vencer a un C. J. Stroud dispuesto a convertirse en el novato del año que venció a las defensivas más intimidantes.
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