Siempre enemigos, las Águilas y la Máquina protagonizaron cuatro finales de torneo nacional —hoy será la quinta—, pero la que más impactó al colectivo moderno ocurrió hace 11 años, con un enfrentamiento único y cardíaco.
Para llevarse el campeonato, las Águilas requerían meter por diferencia de dos o más goles, mientras los cruzazulinos sólo debían evitar un tanto en su contra o empatar.
El partido de inmediato se puso en contra de los azulcremas. Con un expulsado desde el minuto 14 y un gol de Teófilo Gutiérrez para los cementeros al minuto 20.
Durante 87 minutos, el Cruz Azul parecía iluminado. Pero todo cambió al 88, cuando Aquivaldo Mosquera acomodó con la cabeza el esperado gol.
En tiempo de compensación, minuto 91 con 39 segundos, todo se alocó en la cancha. Un tiro de esquina en la portería de Jesús Corona trajo a todos los jugadores americanistas incluido el portero águila, Moisés Muñoz, quien se lanzó por el balón, cabeceó y anotó el segundo tanto que su escuadra necesitaba. El 2 a 2 global dio pasó a tiempos extra y luego a penales para decidir el encuentro.
Tiradores cruzazulinos fallaron tiros clave, no así los de Coapa. El último tirador fue Miguel Layún, quien aseguró la onceava corona del América en un Coloso de Santa Úrsula inundado de llovizna y pasión futbolística.