El mensaje que la afición mexicana avecindada en Estados Unidos, la afición que se dice es la más fiel del Tricolor, fue más que contundente.
El partido ante Panamá celebrado en el Allegiant Stadium, un estadio para 65 mil personas, inició con un poco más de 10, y terminó con 25 mil aficionados, lo que es un insulto para el futbol mexicano y un llamado de atención.
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Esto provocó cambios en la dirección técnica nacional con la entrada de Jaime Lozano en lugar de Diego Cocca, pero el reto no por eso dejó de existir para el equipo mexicano y su nuevo entrenador, ya que para la Copa Oro se debe de reconquistar al público y para que esto se note en la primera fase, en los tres primeros juegos, se deben de meter poco más de 200 mil personas.
¿Podrán?
En la primera fase de la Copa Oro, la Selección Mexicana tendrá tres rivales contra los que contenderá en tres diferentes estadios de Estados Unidos.
El domingo 25 de junio, se jugará contra Honduras en el NRG Stadium de Houston Texas, con capacidad para 72,220 personas.
El jueves 29, se verán las caras con el cuadro nacional de Haití en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, donde caben 63,400 aficionados.
Y se cerrará la fase de grupos el domingo 2 de julio frente a Qatar en el Levis Stadium de Santa Clara, California para 72,864 visitantes.
En total, en la primera fase de la Copa Oro, el Tricolor tiene la misión de meter exactamente 208,484 aficionados, para de esta manera limpiar la deshonra de Las Vegas.
En Houston la Selección Mexicana quizá tenga ayuda de la afición hondureña, pero en Arizona y Santa Clara, estará totalmente solo, pues la afición de Haití y Qatar poco aportarán en gente que se haga presente en las taquillas.
La sede de los juegos siguientes, en cuartos de final y semifinales, dependerá de en qué lugar quede en cuadro nacional en la fase de grupos.
Pero mientras, en los tres juegos que están asegurados, hay que meter más de 200 mil personas, para así lavar la afrenta del Allegiant Stadium.