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Julio César Chávez, conocido como el 'Gran Campeón', se mantiene en la memoria del público mexicano como el mejor boxeador nacido en este suelo en toda la historia. Sus 25 años como profesional, 13 de ellos invicto, donde brilló en 37 combates de título mundial con 31 campeonatos y 27 defensas de los mismos, son algunos de los argumentos que le dan esa etiqueta.
Sin embargo, fuera del cuadrilátero Chávez sostuvo durante mucho tiempo una batalla más difícil que el reto de dejar en la lona a sus oponentes: la lucha contra las adicciones.
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Hoy en día, lejos de los reflectores, del alcohol y de la droga, el originario de Ciudad Obregón tiene una clínica de rehabilitación. Sin embargo, en aquellos tiempos llegó a estar tan involucrado con tales vicios, que era común para él estar rodeado de los narcotraficantes más buscados del mundo.
“Vivía rodeado de personas negativas. Te cuento, Iban a mi casa todos los narcotraficantes más buscados de todo el mundo, mandaban por mí, me amanecía con ellos. Si no iba me obligaban a ir, mejor me presentaba de buenas. Con ellos es mejor hacer amigos, no enemigos” confesó en el podcast llamado Dementes.
Al hablar de su tiempo en rehabilitacióny los problemas que mantuvo con la gente que veía por su salud, confesó que “les decía que les iba a echar a Esparragoza, al ‘Chapo’ Guzmán, a Amado Carrillo que eran amigos míos, también el ‘mayo’ Zambada y el ‘Azul’. Les quería quemar todo, pero ya luego hice amigos. Cambiaron el procedimiento por mí”.
“Cuando yo ya no podía mi familia me llevó a una clínica en Guadalajara y para que no me molestaran accedí. Yo ya vomitaba sangre, intenté quitarme la vida también. Los acompañé para que no me estuvieran molestando. Llegué al sitio y todo estaba bonito. Pero resultó un engaño, me pidieron pasar y me pidieron conocer a unos de los amigos del dueño del lugar, según yo era su ídolo. Me meten a la fuerza y cierran una puerta de fierro cuando veo a más de 100 tipos todos mugrosos y me pidieron echarle humildad, me dejaron ahí” agregó.
Dentro de su relato, Julio César compartió detalles del trato que sufrió durante su etapa como adicto.
“Eres un adicto más, me dijeron. Los amenacé para que me sacaran de ahí, me peleé con 5 tipos, pero luego llegaron 20 y me dieron una madriza, me amarraron. Pasé los 4 meses más amargos de toda mi vida, no podía hablar con nadie. Al mes y medio me soltaron las cuerdas (...) Todo era para que valorara, me dijeron. Lloré mucho en ese momento. Yo tenía mis cosas afuera y estaba ahí amarrado. En Tijuana me rehabilité dos años después, un médico me sedó y amanecí en una clínica de rehabilitación, así me recuperé” concluyó.
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