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Los aficionados de los Bengals viven años gloriosos gracias a su pasador. Desde que Joe Burrow tomó las riendas de la ofensiva de Cincinnati, la franquicia tiene otra cara, se ha vuelto competitiva y es contendiente al Super Bowl.
Pese a eso, en la mente del joven quarterback aún queda una tarea pendiente, y es la más importante: Traer el primer campeonato de la NFL a su vitrina.
El egresado de LSU apenas va por su cuarto año en la Liga y ya se coloca como uno de los pasadores más talentosos y con mejores cifras.
En su primer año fue víctima de una lesión de ligamento cruzado, que lo marginó. Regresó al emparrillado y llevó a los Bengals al Super Bowl, pero no pudo coronarse ante los Rams de Los Ángeles.
La campaña pasada, mejoró sus números, alcanzando cuatro mil 475 yardas por aire, con 35 pases de anotación y 12 intercepciones, pero no fue suficiente, ya que perdieron la final de conferencia ante los Chiefs de Kansas City.
Además, en las últimas dos temporadas, los Bengals han cerrado como campeones de la División Norte en la Americana, con récord de 10-7 y 12-4, respectivamente.
Burrow tiene en el receptor Ja’Marr Chase al elemento necesario para formar una de las duplas más poderosas de la NFL, pero también debe sortear obstáculos.
El más importante es el tema de las lesiones. El nuevo Joe Cool se perdió la pretemporada debido a una dolencia en la pantorrilla y se sospechaba que podría ausentarse los primeros partidos, ya en la campaña regular.
A pesar de que su mejoría le permitirá tener acción desde la Semana 1, las lesiones son una constante.
El último gran reto será pasar por encima de talentos como Patrick Mahomes y Josh Allen.