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Más allá de un rescate a la Selección Mexicana por parte de Jaime Lozano, el arribo del joven estratega nacional para encarar la Copa Oro (24 de junio al 16 de julio) podría ser visto también como una continuidad al trabajo que él inicio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Después de ganar la medalla de bronce en la pasada justa olímpica, el equipo juvenil que tenía como refuerzos a Luis Romo, Henry Martín y Guillermo Ochoa, fue calificado como otra “generación dorada” para el futbol mexicano.
Ese equipo medallista en Asia fue considerado como la base rumbo al proceso de 2026, y quién mejor que Lozano Espín para encaminarlo a la próxima Copa del Mundo.
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De aquellos 22 futbolistas, cuatro están en Europa: Guillermo Ochoa (Salernitana), César Montes (Espanyol de Barcelona), Johan Vásquez (Genoa) y Jorge Sánchez (Ajax); Diego Lainez regresó (Tigres) y hay otros que sólo han cambiado de club en México.
El objetivo de la Federación Mexicana de Futbol es dejar a Jaime durante los próximos tres años, así sea como auxiliar, con el fin de fortalecer a una generación que conoce y no repetir los errores del pasado.
México, dos veces campeón del Mundo Sub-17, en Perú 2005 y en México 2011, además de un oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ha tenido generaciones que ilusionan; sin embargo, las “joyas” se van quedando en el camino y el futbol mexicano sigue sin trascender a nivel mundial… Ni cuando más cerca parecía.
El famoso e incómodo quinto partido en Mundiales sigue sin llegar y ahora hasta parece que México ha dejado de ser el amenazante Gigante de la Concacaf.