Dortmund.— Italia comienza la defensa de la corona de la Eurocopa conquistada en Wembley en 2021 contra un rival, Albania, que, además de disputar el segundo torneo continental de su historia, a priori se presenta como la “Cenicienta” del Grupo B, en un duelo que sirve a la Azzurra, fuera de la quiniela de favoritos pese a su condición de campeona, como prueba para medir su potencial real.
El duelo servirá a ambas selecciones para ver la realidad de sus situaciones. Italia llegó a esta fase final de la Eurocopa como campeona, pero con la sombra de haberse clasificado con un rácano empate ante Ucrania en la última jornada y de haberse quedado fuera de los dos últimos Mundiales.
No tiene el nivel de la Italia legendaria de antaño, pero es una selección que sabe que su fuerza reside en el grupo. Sin una estrella clara, será Gianluca Scamacca el encargado de hacer soñar a la Azzurra viendo su espectacular estado de forma, campeón de la Liga Europa con el Atalanta y asentado como “9” titular tras un gran final de temporada.
En ese ataque estará escoltado por el siempre peligroso Federico Chiesa, jugador del Juventus que poco a poco está recuperando el gran nivel que mostró precisamente en la Euro 2021 y que perdió tras una rotura de cruzado. Son las bazas más peligrosas en el ataque italiano, que necesitará de estar nutrido de balones constantemente para poder hacer daño.
El encargado de eso, sobre el papel, es Nicolo Barella, jugador del Inter cuya presencia en el duelo ante Albania no está asegurada por unas molestias en el cuádriceps. El volante apenas entrenó con normalidad por primera vez desde que la selección está en Alemania, pero no sería de extrañar que Luciano Spalletti le diera descanso.