Recientemente, el caso de Luis Rubiales en el Mundial Femenil reflejó que el futbol de mujeres sigue con serios problemas por resolver.
El más importante, o el que por lo menos parece con mayor urgencia y engloba todo: La equidad.
Acoso sexual, violencia de género, desigualdad en los pagos, difusión a la deriva... Si bien, el crecimiento global es notorio y la reciente Copa del Mundo efectuada en Nueva Zelanda y Australia fue el ejemplo, todavía queda una lista de pendientes por tachar.
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Claudia Pedraza, investigadora de La Salle y especialista en temas con perspectiva de género, acusó una desigualdad de salarios para un mejor desempeño femenil.
“No sólo hablamos de mejores ingresos, porque no se pide que se pague igual que a los varones, sólo que se les pague suficiente para poder dedicarse exclusivamente al futbol a nivel profesional”, declaró a EL UNIVERSAL Deportes.
El caso más reciente fue la selección de Estados Unidos Femenil, que —tras varios años de exigente lucha— logró equiparar los sueldos con los que perciben los hombres.
Previo al Mundial 2023, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, criticó a las cadenas europeas por ofrecer muy poco por los derechos de la justa femenil. De acuerdo con información de AP, las ofertas fueron equivalentes al 1% de lo que pagan por el torneo de hombres.
Desirée Monsiváis, delantera de las Pumas, dijo a EL UNIVERSAL Deportes que el tema debe ir más allá de lo futbolístico.
“No sólo le compete a instituciones deportivas. Vivimos en una sociedad que tiene muchas carencias, corrupción, violencia de género, estancamiento económico. En el deporte, nos compete dar una buena imagen. Nuestro ejemplo también habla y debemos serlo, no dejarnos rebasar”, aseveró la máxima anotadora en la aún joven historia de la Liga MX Femenil.
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La falta de desarrollo en el balompié femenil podría parecer un tema local; sin embargo, diversos casos han demostrado que se trata de un problema global.