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Horacio Nava Reza, uno de los marchitas mexicanos más representativo en los últimos 20 años anunció hace unas semanas de forma oficial su retiro deportivo.
Toda una vida dedicada al deporte que lo premió con cuatro medallas panamericanas y cuatro participaciones en Juegos Olímpicos, destacando un sexto lugar en Beijing 2008.
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Una historia de pasión que comenzó para Horacio de forma fortuita a la edad de 10 años, gracias a una televisión en la que pudo ver la participación de Carlos Mercenario en los 50 kilómetros de marcha en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. “Tenía 10 años y recuerdo ver a Carlos Mercenario en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 ganando la medalla de plata, fue el enamoramiento, ver a un mexicano representarnos dignamente me hizo tener mi primer contacto en lo que fue mi vida”, comentó en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
Nava Reza, quien contó con el apoyo de su familia desde el primer momento, pidió a los padres acercar a los niños con el deporte y darles el respaldo para seguir sus sueños. “Le diría a los papás que pongan a sus hijos a ver las competencias deportivas, sirven para motivar. Allí comencé a soñar con representar a México, siempre guiado por ellos para tener un balance entre la escuela y el deporte”.
El ahora exmarchista, subcampeón de Copa del Mundo en 2010, resaltó que en todo momento se sintió motivado por formar parte de la historia de la marcha mexicana y asegura que para las nuevas generaciones será una gran responsabilidad mantener el deporte en todo lo alto. “La escuela mexicana de marcha dio grandes resultados. Daniel Bautista, Ernesto Canto, Miguel Ángel Rodríguez, Raúl González, creo que es una gran responsabilidad ser marchista en México por los resultados obtenidos. Les diría a las nuevas generaciones que sueñen, trabajen y recuerden que las cosas que valen la pena no son fáciles”.