Estar en el umbral de la posteridad provoca que Guillermo Ochoa se transporte al pretérito y valore lo que le ha costado llegar a la titularidad de la Selección Mexicana.
Si este domingo, el Tricolor se corona en la Copa Oro 2023, el capitán se convertirá en el futbolista que más veces ha ganado el torneo (cinco); romperá el empate con Landon Donovan.
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El guardameta recuerda lo que le costó llegar. “Disfruto y amo jugar futbol, es mi vida; me encanta vestir la playera de la Selección”, subraya. “Pero el camino para ser titular no fue sencillo, hubo torneos donde no jugaba, entrenadores que no me convocaban. Hubo Mundiales que tuve que haber jugado y no me pusieron”, agrega. “Peleé la titularidad en días previos a la Copa”.
En resumen, “nunca lo tuve sencillo”. Por eso recalca: “Lo que estoy viviendo, nadie me lo ha regalado... Mañana [hoy] estoy por vivir algo bonito, con la Selección, con la familia”.
El césped del SoFi Stadium le preocupa: “Los señores de la Concacaf no nos dejan entrenar en el estadio en el que vamos a jugar... Sabemos que son canchas montadas, pero no quiero hablar mal”.