Para miles de familias en México, la lucha libre se ha convertido en su principal fuente de ingreso, ya sea vendiendo artículos fuera de las arenas o como gladiadores.
Estilo de vida que, para los estetas, conlleva sacrificios familiares. Primero, con las largas jornadas de entrenamiento, y después al ser protagonistas de carteleras por todo el país.
Difícil tarea que para Gran Guerrero, figura del Consejo Mundial de Lucha Libre, encuentra recompensa en el cariño de la afición.
“Uno trata de no cometer errores que ha visto en otros compañeros. Vivimos para la lucha libre y requiere de la mayor parte del tiempo. Es doloroso no estar con los hijos en fechas importantes. La vida de un luchador son desveladas, estar poco en casa y únicamente cambiar de equipo para ir a otra ciudad”, comentó, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.
El luchador, hermano de Último Guerrero y quien lleva más de 10 años de carrera en el ring, agregó que la comunicación con su entorno es vital para el éxito.
“Mi familia ha entendido, con el paso de los años, la actividad que realizamos... Comparto todo con ellos. Les explicas que lo haces por un bien, que no es faltar por faltar a cumpleaños o graduaciones. Ellos lo entienden o lo entenderán. Es un sacrificio para estar listo para una lucha o evento especial”, añadió Gran Guerrero.
El Hermanito Chulo se dijo agradecido con su disciplina, por permitirle cumplir sueños.