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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Siete hombres han ocupado la Presidencia de la República, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se volvió oposición y volvió al poder, se llegó al esperado Siglo XXI y se han jugado nueve Copas del Mundo. Todo eso ha ocurrido desde la más reciente ocasión que los Pumas derrotaron al Guadalajara en condición de visitante.
Porque los universitarios padecen uno de los yugos más crueles en la historia del futbol mexicano. Aquel circense remate de Manuel Negrete, sobre el entonces maltratado césped del estadio Jalisco, la tarde del domingo 7 de febrero de 1982, es ya un clásico en esta rivalidad. Ese gol significó una victoria (1-0) hasta ahora irrepetible.
Desde entonces, los auriazules han visitado al Rebaño Sagrado en 38 ocasiones, con saldo de 21 empates y 17 reveses. La mudanza de los rojiblancos al estadio Chivas, en 2010, no cambió la situación. En ese inmueble, tienen ocho presentaciones: cuatro igualadas y cuatro caídas, aunque no sacan unidad alguna desde el 23 de septiembre de 2012, tarde en la que el encuentro finalizó sin anotaciones.
Lo más doloroso para los hoy dirigidos por Sergio Egea es que han existido capítulos en los que coquetearon con la victoria. Ninguno como el de la noche del 10 de junio de 2004, en el partido de ida de la final del Clausura.
Un gol de José Luis Parejita López (76’) no sólo acercaba a los felinos al título de Liga, también les permitía fulminar el dominio rojiblanco, pero —a cuatro minutos del final— el silbante Manuel Glower decretó como penalti una barrida de Jaime Lozano sobre Salvador Carmona, quien fingió un contacto que se dio fuera del área visitante. Ramón Morales no falló y decretó el 1-1 final, aunque los entonces futbolistas de Hugo Sánchez se ciñeron la corona —en Ciudad Universitaria— desde el manchón, gracias al disparo errado por Rafael Medina.
Otro capítulo doloroso para los felinos se dio el domingo 5 de agosto de 2001. A 15 minutos del final, el paraguayo Julio César Yegros los puso adelante 2-1, pero cinco minutos después, Manuel Sol —futbolista formado en La Cantera puma— firmó un golazo para el 2-2 final.
El 28 de enero de 2006 se vivió una historia muy similar. Israel Castro y Joaquín Botero otorgaron la ventaja al visitante, pero el Guadalajara reaccionó con sólo un cuarto de hora por jugar. Ramón Morales (75’) y Edwin Borboa (87’) le permitieron rescatar una unidad y mantener ese pesado yugo que luce eterno para los universitarios.