“Miedo, no, no tengo miedo. Tenía miedo a quedarme en cama, a jugar no, jugar es mi vida, y a la vida no le tengo miedo”...
Lucero Álvarez
, portero de Lobos BUAP , se escucha feliz. ¿Por qué no? Estuvo a milímetros de perder el ojo izquierdo, cuando el 29 de julio sufrió un golpe, accidental, pero golpe al fin, del delantero brasileño del Querétaro , Everaldo Stum . Golpe en el pómulo que lo dejó noqueado y frenó el sueño de jugar en Primera .
Ocho semanas han pasado, “voy adelantado”, dice el uruguayo de 32 años, surgido de las fuerzas básicas del Nacional de su país, en las que compartió con Luis Suárez .
Sí, el mismo del Barcelona.
“Ya jugué, el martes pasado en la Sub-20, contra el Guadalajara y no tuve miedo. Lo que me pasó fue casualidad, muy feo pero casualidad. Sería realmente complicado que volviera a pasar. Puedo decir que volví a debutar”.
Ocho semanas ya... Ocho semanas en las que sus Lobos han vivido de todo: primero una racha de juegos ganando, luego la debacle acompañada de expulsiones de compañeros por indisciplina. Todo eso Lucero lo vio desde la barrera, desde la cama, sin mucho que poder hacer… “sí, es verdad. Es muy feo lo que pasó con mis compañeros, pero la directiva sabe lo que hace. El grupo está unido, el triunfo ante Chivas será otro comienzo. Nos vamos a salvar”.
La vida tiene que seguir. Lobos al no tenerlo como guardián de su portería tuvo que ir de compras y sacó del retiro a Jorge Villalpando , lo que lo convierte, junto con José Canale s en la competencia directa de Álvarez por volver a adueñarse de la titularidad en la portería poblana: “Voy a luchar por volver a ser el portero titular. Villalpando tiene mucha experiencia y José es un gran competidor. Si tengo que vencer a ambos para regresar, lo haré. Repito, no tengo miedo”.
De aquel golpe poco se acuerda, “no sé más que cuando me llevaban al hospital”.
Aquel golpe sólo es un mal sueño, “sé que no se volverá a repetir”.
Lucero Álvarez
ha vuelto a las canchas y no tiene miedo, “es algo que nunca he sentido. Quiero volver, porque nunca me he sentido a gusto en el banco, ahí no te equivocas, es muy fácil estar ahí y no, nunca me ha gustado lo sencillo”.