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La locura volvió al centro comercial Mítikah y, de nueva cuenta, el responsable fue un histórico piloto español, un doble campeón del mundo: Fernando Alonso.
El asturiano regresó al sitio en el que desató la euforia de los aficionados del deporte motor justamente hace un año y, sí, el resultado fue exactamente igual.
La multitud se dio cita en la plaza al sur de la Ciudad de México. Algunos aficionados llegaron desde el mediodía, pero la aparición del coequipero de Lance Stroll se dio pasadas las 4 de la tarde, cuando —entonces sí— estallaron los gritos de júbilo por uno de los pilotos consentidos de la afición mexicana, junto a Sergio Pérez y el monegasco Charles Leclerc.
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Ahí, el Nano habló de lo que espera para el Gran Premio de México 2024, de cómo ve a su equipo (Aston Martin), de lo que representa para él trabajar a partir del siguiente año con el ingeniero Adrian Newey y de su sentir por llegar a 400 Grandes Premios de Fórmula 1, lo que cumplirá el domingo sobre la pista del Autódromo Hermanos Rodríguez.
“El GP de México siempre es una fiesta y será doble para mí por esos 400 Grandes Premios”, dijo un alegre Alonso, ante los cientos de fanáticos que abarrotaron los los diferentes pisos de la plaza comercial, además de la entrada principal, donde una valla humana le dio la bienvenida.
Los gritos fueron interminables, a lo que el español siempre respondió con una sonrisa, ya que se sabe muy querido en la Ciudad de México.
En la búsqueda de la victoria 33 y con el récord que cumplirá el domingo, Alonso se presenta en el Hermanos Rodríguez como uno de los favoritos de la afición y con el sentimiento de sentirse local lejos de casa.
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