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No se trata de defender el pobre espectáculo que dieron Santos y Monterrey en lo que fue el primer juego de Liguilla. O por lo menos intentó ser eso, aunque el empate sin goles es fiel reflejo de lo que se vio en la cancha, ni más ni menos, ambos equipos no hicieron más para merecer otra cosa.
Pero tampoco se trata de negar la sapiencia de Víctor Manuel Vucetich, viejo lobo de mar que se las sabe todas. El Rey Midas apostó a la vuelta, al juego del sábado en el Gigante de Acero y quien puede negar a que le resulte.
Aunque también le pueden voltear la página.
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Mas habrá que poner en el estrado la falta de ambición de un plantel como el de los Rayados, el líder de la competencia regular, con un valor de 78 millones de dólares, que le tuvo bastante respeto al lugar trece, el que entró de rebote, el que tiene un técnico recién llegado qué con dos juegos sin ganar, está en cuartos de final.
Sí, lo intentaron, Monterrey más que Santos, pero no con el ímpetu que unos cuartos de final merecían.
Las dos bien paradas líneas de cuarto que puso el técnico uruguayo Pablo Repetto, apenas pudieron ser superadas por la millonaria delantera rayada, quien tuvo en Maxi Meza al tipo más insistente pero con Germán Berterame más interesado en ayudar a la recuperación que en tirar a la portería y Rogelio Funes Mori concentrado en tirarse en el área para engañar al árbitro, poco exigieron a Carlos Acevedo, quien reapareció ya recuperado de su hombro.
Lo más peligroso que hizo Santos lo provocó el portero regio Esteban Andrada, dueño de una extraña capacidad de meterse él sólo en problemas. Pero nada que pudiera cambiar el marcador.
Empate a cero entre Santos y Monterrey. Todo queda para la vuelta en el Gigante de Acero donde se espera que ambos se den cuenta que la Liguilla se gana con goles, no exclusivamente con juego cerebral.