Finalizado el partido contra el Fiorentina (1-0), en el Diego Armando Maradona se dio el pistoletazo de salida a una ceremonia para celebrar la consecución del tercer 'Scudetto' de un Nápoles que ya ha pasado a la historia.

Independientemente del resultado ante la 'Fiore', habría habido fiesta, pero el clima en la ciudad fue insuperable tras la victoria ante el conjunto 'viola' con el tanto del nigeriano Victor Osimhen desde los once metros que le acerca a convertirse en el primer máximo goleador africano de la historia de la Serie A.

Nada más terminar el choque liguero, los jugadores se acercaron a la grada para saludar a su afición durante unos minutos antes de irse al vestuario para que los operarios pudieran preparar el escenario sobre el césped mientras varios artistas italianos amenizaban con sus éxitos a pie de campo.

Una vez preparado el escenario, muy similar al que se preparó el pasado jueves para ver el partido ante el Udinese con pantallas gigantes, grandes personalidades de la ciudad como el célebre director de cine Paolo Sorrentino, con una bandera del equipo que anima, participaron directamente y acudieron al centro del escenario para dirigirse a la afición.

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Cayó la noche y el estadio comenzó a quedarse a oscuras, solo iluminando la zona preparada y la grada gracias a los móviles de los aficionados. El presidente, Aurelio de Laurentiis fue el primero en coger el micrófono para hacer un balance de la temporada: "La 'Champions' la volveremos a intentar el año que viene", dijo.

Una vez los directivos hicieron su discurso llegó el tiempo de los jugadores. El portavoz oficial del Nápoles fue dándoles paso por megafonía uno a uno al estadio para saludar enfundados en una camiseta especial con fotos de cada uno de ellos.

Los más aclamados, por su puesto, fueron el georgiano Khvicha Kvaratskhelia y el nigeriano Victor Osimhen, junto al capitán Giovanni Di Lorenzo. Además, el técnico Luciano Spalletti fue recibido con honores en la celebración del que es su primer 'Scudetto' pese a su dilatada carrera como entrenador.

El mexicano Hirving 'Chucky' Lozano compareció en muletas tras haberse lesionado durante el partido.

Terminadas las presentaciones, las botellas de champán y los fuegos artificiales tomaron el protagonismo con el mítico 'We are the champions' de Queen de fondo. Los jugadores dieron una vuelta a todo el campo como cierre de la ceremonia.

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La fiesta no solo tuvo lugar en el estadio, sino que se celebró también por toda la ciudad, aunque de nuevo con los dos puntos claves de la celebración del jueves pasado, cuando se certificó el título: los aledaños del Maradona y la céntrica Plaza del Plebiscito.

La ciudad porteña llevaba preparándose desde finales de enero para esta celebración que solo acaba de comenzar. La última jornada del campeonato está prevista otra celebración en la que la plantilla al completo recorrerá en un autobús descapotado las calles de la ciudad ya con el título entre sus brazos.

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