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El pancracio está por despedir a un histórico personaje como lo es El Hijo del Santo, quien afirma que "todo tiene un ciclo" y él está por cerrar el suyo arriba del cuadrilátero, porque tras 42 años de continuar con la herencia de su padre llegó el día para decir adiós.
"(Esta decisión) Es muy difícil porque la lucha libre es mi vida, es triste dejar la adrenalina que te da el público y el ring, pero sé que es el momento", mencionó el gladiador en exclusiva a EL UNIVERSAL Deportes.
Ponerse la máscara, las mallas, las botas y la capa plateada sabiendo que serán las últimas veces que lo hará para subir al encordado no es sencillo para la persona que está abajo del atuendo.
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"Es algo triste porque es como una perdida, como estar de luto, porque aunque no muere el personaje, se está yendo", expresó con una voz entrecortada.
El luchador acepta que tiene momentos de sentimientos encontrados al existir un duelo entre la máscara y la persona que le da vida a esa tapa.
"Desde hace mucho tiempo el señor Guzmán le ha dicho al Hijo del Santo que "ya es tiempo de decir adiós" y el Hijo del Santo ha insistido en "vamos a seguir, para qué te vas", pero el señor Guzmán ya está decidido y el Hijo del Santo ya no tiene más qué decir", aseguró.
Aunque remarcó que "el señor Guzmán le tiene mucha gratitud al Hijo del Santo", porque desde el 18 de octubre de 1982 han sido aliados para cumplir sus sueños.
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"Gracias a este personaje logré lo que tanto deseaba que era ser luchador profesional como mi padre, aunque el personaje también le debe mucho al señor Guzmán", subrayó.
El heredero de la leyenda de plata no oculta su nostalgia por esta gira de despedida, sin embargo, está ilusionado por lo que viene abajo del ring.
"Será una nueva etapa de mi vida y cada etapa ha sido importante para mí, quiero hacer otros proyectos que he dejado en la antesala, lo que me va a mantener con vida, optimista y feliz es portar la máscara y seguir siendo el Hijo del Santo (en la vida pública)", sentenció.
