Acapulco.— Los daños provocados por el huracán Otis dejaron pérdidas materiales en casas, escuelas y negocios, pero los habitantes de este puerto —en cuanto tuvieron la oportunidad— comenzaron con la reconstrucción de sus bienes.

Ese ejemplo fue el que siguieron los organizadores del Abierto Mexicano de Tenis, para festejar la edición 31 del torneo.

“[Esa acción] fue algo que nos hizo comprometernos con la sede. Si ellos —que perdieron todo— están haciendo hasta lo imposible por recuperarse, ¿por qué nosotros no?”, expresó Renata Burillo, presidenta del consejo administrativo de Grupo Pegaso, que organiza el AMT, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.

La Arena GNP Seguros fue uno de los miles de inmuebles que sufrieron estragos por el paso del fenómeno natural. Renata aceptó que, al ver las imágenes, “hubo incertidumbre total” sobre el futuro del torneo. La cancelación fue una posibilidad: “No sabíamos cómo estaban las instalaciones. No podíamos entrar, porque estaban inundadas, y no había noción clara de los daños”.

Al poder visitar Acapulco (dos semanas después) y luego de las reuniones tanto con el Gobierno estatal como con los inversionistas, se tomó la decisión de trabajar para recibir el AMT como estaba planeado.

“Pensamos en cómo podemos ser parte de esta reconstrucción y poner nuestro granito de arena para que haya esperanza en Acapulco”, agregó Burillo.

Hoy, cuatro meses después de Otis, el Abierto Mexicano de Tenis vive su cuarto día de actividad, aunque a los alrededores de la sede todavía es visible el daño que dejó: “Va a tomar mucho tiempo para que Acapulco regrese al 100”.

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